Amor, eterna pulsión entre la permanencia y la disolución;
Vano intento de conservar, de mantener
Un sentimiento, una pasión.
Pero ¿Cómo se puede conservar y mantener
Al viento que cambia de dirección,
Al agua que fluye indetenible?
Si la propia vida se dirige a su irremediable disolución,
Es una ingenuidad pretender sujetar al amor.
El amor se alimenta de sí mismo,
Igual que una hermosa hoguera que brilla e ilumina,
Lo hace mientras se consume el leño,
Es necesaria la destrucción de uno para que arda la llama.
De igual manera el amor es un fuego hermoso,
Que solo vive porque se alimenta de la belleza que la sustenta,
En su despliegue se van consumiendo vivencias y hermosas experiencias,
Sencillamente porque el amor se alimenta de todos ellas,
De un gesto, una mirada, un sacrificio, una entrega,
Este dura mientras haya leños que arder,
Mientras haya gestos y acciones que ofrecer,
Pero al igual que cualquier hoguera, todo se agota y llega a su final,
Y al final el amor o la pasión
Simplemente se acaba.
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