luego de pasar toda una tarde llena de dolores físicos y mentales, llego a casa y lo que siento es liberación... respiro con gran libertad, camino, ceno, baño, todo... ya en la cima del descanso, toco el piano como todas las noches, siempre sin luces ni ruídos... pongo mis dedos en las teclas y siento que mis dedos se unen a la música, lentamente paso a mi cerebro hasta tocar mi alma... allí está, latiendo al ritmo de la eternidad... y bailo, bailo, respiro hasta que siento que de nuevo estoy solo... camino en plena oscuridad hasta llegar a mi cama... la miro y ella me mira a mí, y me dice el porqué estoy solo... le sonrío y le digo que no, que estoy con la soledad que no es lo mismo que estar sin nadie... en ella encuentro algo que me llena el corazón, pues por cada aliento que siento, siento la eternidad arrastrando mis carnes, sangre y todo lo demás... mi cama me llama y me dice que soy un soñador... la miro y siento que es la caja de los sueños, el féretro de mis noches... me echo y cierro los ojos... y entro en los sueños, y recuerdo, y temo, y odio, y amo... y todo, al otro lado de esta realidad... en verdad, nunca descanso, pues sólo la muerte es el verdadero descanso...