Hoy me quiero llenar de todas las intensidades.
Y derribar mitos y los miedos,
arrojarlos a las profundidades de lo más seguro.
Y si tuviera que elegir entre luces y los campos
elegiría llenarme el corazón que atormentado,
se me revuelve en las oleadas de locura.
Y si tuviera que elegir entre la paz y la mesura,
optaría por revolver mi espíritu de guerras,
unas contra otras y entre todas,
hacer de las promesas fortalezas,
construir ideas entre luces y sombras.
De todos lados vinieron ejércitos y amigos,
algunos desprovistos de ropas y de sables,
ninguno escuálido en ideas, voluntades...
y con ánimos enormes poderosos,
me dijeron "No conocemos tu derrota".
Cuál artillero más brillante entre sus filas,
haremos respetar el estandarte,
del que se sobrepone en lo inimaginable,
del que castiga la falta de batalla.
Y en tiempos de congelamientos,
el calor fundirá las fuerzas y sus furias,
que llenas de ideas y bonanzas,
se enfrentan al quehacer de nuestros monstruos.
Una mixtura deliciosa de estrategias,
una exquisitez de tácticas de guerra,
avizorando un revoltijo con intelectuales,
desesperado de amor y también, de libertades.
La pausa de esta guerra ha terminado,
y la trinchera presta se levanta,
a masacrar aquí o ser masacrado,
que hasta que se gané, hasta vencer, no basta.
El Coronel. |