¡Híjole¡ Me tarde en llegar y siento que me faltara tiempo.
Si tal vez pudiera comprimirlo todo y lograr así más cosas… Pero comprimiría también su boca, su risa. Ya sería solo una mueca tímida y fugaz.
Mmm nones. La prefiero así, prefiero la voluntad a la extravagancia, prefiero la Jamaica al tamarindo, prefiero verla flotar que hundida en sus cavilaciones.
Hablar con ella es toda una aventura, sus ideas salen disparadas más veloces que las palabras. Se enreda, trastabilla, tartamudea a veces, nunca cierra sus parlamentos, salta de un lugar a otro, de un principio a un estado, de la comedia a la ficción, de un interés a un querer, de una mirada a una lágrima.
En ocasiones la imagino jugando al avioncito, saltando tras un objetivo dependiendo solo de su equilibrio, y sus piernas largas alcanzándolo todo. La imagino de muchas formas, solitaria entre multitudes, pensativa y analítica. Carismática hasta decir basta.
No culpo al amigo plomero ni al chico GPS, menos al fitnesmen, su personalidad es avasalladora, pero gentil. Imposible no enamorarse de ella, complicada seguirle los pasos; Señaliza a la derecha gira a la izquierda.
En ocasiones solo me escucha hablar, puedo estar así por horas, hablando y hablando, dándome vueltas por el mismo tema y ella, ni una mueca ni un gesto, solo me mira como le hablo, ella solo me escucha. Que ganas de saber que piensa, incurrir un poco más y saber que siente, conocer sus afectos… pero al intentarlo ya ha brincado, se ha disperso, con otro vestido y en otro lugar
Pero es decidida mi chica imaginaria, eso si, no se anda con rodeos y casi todo le resulta. Si bien en el amor la suerte no la ha iluminado, es prolija en cuestiones de luz.
Cierto día plantó una semilla, esta germinó muy rápido, brotó de su germen y se quedo allí plasmada, anacrónica, arrebolada dentro del viajero.
Después, este se la llevó muy lejos; pensó que el clima, la cordillera o el viento del sur terminaría por desojarla, pero para su sorpresa esta bien se dio y siguió creciendo, como un solemne recuerdo, como un instante inmaculado. Una pequeña flora crece dentro del pecho del viajero, muy cerquita del corazón, hecho raíces y lo inundo
Ahora dobla bien su camisa de citas y la empaca dentro de la maleta, un poco triste ya que nunca la usó.
JP |