Te saludo, mi reina necesaria, mujer ya indispensable que limpias mi desconsuelo con la mística de tu sentir. Cuando nos esperamos surge del encuentro un milagro que arropa y borra nuestros miedos. Entonces entendemos el propósito vital y claro de existir en todo momento como seres a la par.
Texto agregado el 28-06-2012, y leído por 214 visitantes. (3 votos)