Tijuana BC, Jun. 2012. Hueles a esperanza, a lujuria, a ternura.
Palabras, unas detrás de otras, sin pensar.
Palabras, frases, pensamientos, sentimientos que se me van disgregando.
Que me den un lápiz y un papel, condimentado el momento con silencio.
Desvariando un poco, sin complejos, sin propósito.
Quizá como contigo, o quizás no.
Quien lo sepa, que me lo diga.
Si lo supiera sería más fácil, supongo, y tendría menos valor.
Recordar no es el camino más recomendado, ni el que más me gusta, aunque es el único que conozco.
Palabras, que para ti no son nada.
Hoy dijiste que escribir es un arte, y en tus palabras me adivine artista.
De vez en cuando te inquieto y siento tus deseos, o los imagino.
Ayer estuve un tiempo indefinido oliendo tu ropa sucia.
Estaba muy limpia comparada conmigo, supongo.
Echarte de menos no es suficiente, pensar es demasiado, y me parece tremendo, un logro, una hazaña increíble.
Apenas sé cómo lo logro, lo demás no tiene sentido.
Tu piel tiene el olor del viento, olor que viene y va si entorno los ojos.
Te escapas y vuelves, cada vez perfumada de nuevas sensaciones.
Hueles a esperanza, a lujuria, a ternura.
Si la pasión ardiera, tú serías el olor del fuego.
Despiertas la memoria de mis entrañas, sólo que te escapas.
Vienes, partes y tu sudor se respira con calma; a veces con el misterio de lo conocido, a veces como un misterio.
Te escapas, vuelas, y es que tu aroma no lo pueden retener mis manos.
Me ahoga el esfuerzo, te vas, como los ríos de fragancias, y me dejas ese recuerdo tuyo en el aire, recuerdo que se desvanece si no vienes con tu aliento de sueño y café a recordárselo a mi mañana. ...
Desde Tijuana BC, mi rincón existencial, donde debo cambiar tantas cosas que no sé por dónde empezar, o sí, voy a empezar por comprarme unos tacones, por ahí voy a empezar.
O tal vez empiece hoy, tomándome un café con un desconocido, no lo sé, no quiero saberlo.
Ando empeñada en sorprenderte, sobre todo eso, sorprenderte, verme renovada ante ti y ante mí, ante el mundo entero.
La novedad, de nuevo, podría enamorarte. Andrea Guadalupe.
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