Justo cuando creo que voy a olvidarte,
la vida me pega un latigazo,
de los que arrancan la carne del hueso,
con uno de tus repentinos aparecimientos.
¿Es que ya no es suficiente, dentro de todo este tiempo, el jueguito macabro al que me sometiste?
Es como un juego, un maldito juego.
En el que la victima, idiota e inocente, cae en la red, tantas veces, que ya no siente los cortes.
Pero luego, no juega, no juega por mucho tiempo, y cuando otra vez debe someterse a las maniobras de aquel cobarde, las heridas abren, como si nunca se hubieran cerrado...otra vez.
Maldito, maldito inmaduro, y estúpida, ingrata yo al caer en tus sucias trampas.
¿Es que acaso me he vuelto masoquista?
¿Me creo tan poca cosa?
¿Acaso ya no me importa mi cordura?
1,2,3...que comience el juego...otra vez. |