Siempre hablaba de ese laboratorio en el que jugaba con unas personas llamadas BIL. Parecía un mundo de fantasías de un niño pequeño. Teo, un niño de 8 años de edad, jugaba como siempre con sus muñequitos en su cuarto. “Y ahora necesitamos que ponga su mano aquí señor Max” le decía a uno de sus juguetes.
En eso, entró la madre. “¿A qué estás jugando?” le preguntó. “Nada, solo que los BIL necesitan a Max para conocer bien como son los muñecos, es que ellos no saben como están compuestos y esas cosas” respondió Teo. ¿Y de donde sacaste eso? Interrogó la madre nuevamente. “Ah… me lo dijeron los BIL en su laboratorio” le respondió. “Es muy divertido, porque me hacen poner mis manos en un agujero extraño y me ponen como un láser en mis ojos, o a veces me hacen girar y girar en una maquina divertida”. “Hijo… acotó la mamá, no hay ningún laboratorio por acá, dejá tus fantasías y andá a jugar con tus amigos que jugando con los muñequitos te vas a volver tonto”. “¡Pero mamá!” Se negó Teo, “Necesitan saber qué tiene adentro Max porque no lo conocen muy bien…”. “No importa”, dijo la madre, “andá a jugar con los chicos o métanse en la pileta”. ¡Está bien! Aceptó Teo mientras buscaba su ropa para nadar. Fue entonces, cuando se quito la remera roja que llevaba puesta, que la madre pudo observar una extraña marca en la espalda del niño. ¡Dios mío! Se preocupó, ¿Cómo te hiciste eso?... El niño respondió: “Me lastimé en el laboratorio”. “Todas las noches, cuando estoy en el laboratorio, los BIL me ponen como una aguja caliente en mi espalda, y por eso tengo ese circulo”. “Decime qué te pasó hijo, te estoy hablando en serio” volvió a preguntarle. Preocupada, comenzó a buscar datos sobre laboratorios en Internet, pero no encontró nada. Al final, llamo al colegio para hablar con la psicóloga infantil y contarle los hechos descriptos por su hijo.
- Hola, ¡Colegio Sonrisas!, ¿En qué podemos ayudarle? Atendió la preceptora
- ¿Me podría comunicar con la psicóloga por favor? Pidió la madre
- Como no, enseguida le comunico… Hola, psicóloga infantil, ¿pasó algo?
- Hola señora, mire tengo un problema, mi hijo habla últimamente de cosas muy extrañas, de un laboratorio donde le hacen cosas y ya no se qué hacer, estoy preocupadísima que sea un problema psicológico. ¿Usted sabe qué le puede estar pasando?
- Jajaja, se rió la psicóloga… Señora, acá en el cole tenemos un laboratorio donde los niños juegan con instrumental de mentira, no se preocupe.
- Hay disculpe, dijo la madre riendo, fue todo una confusión, me parecía raro que mi hijo me diga eso jajaja, no la vuelvo a molestar eh… chau.
La madre le preguntó a Teo si en su escuela había un laboratorio, solo para asegurarse y obtuvo un sí como respuesta. Ah, le dijo, y con qué te lastimaste le preguntó. Ya te dije ma, con el pinche ese. Si claro, le dijo la mamá mientras lo miraba con cara de no creerle nada.
A la noche, mientras estaban todos durmiendo, Teo esperaba en su cama para ir al laboratorio. “Cuando van a venir BILES, me aburro”, decía en voz alta mientras la madre desde su pieza reía de las imaginaciones de su hijo. De pronto, una luz desde el techo, iluminó la cama de Teo. Siii!! Festejaba. Me voy al laboratorio!!!. La luz comenzó a elevar al niño por los aires hasta que lo abdujo por completo a un extraño lugar. Teo, había llegado al laboratorio y los BIL comenzaron a hacer sus experimentos diarios, buscando explicaciones al por qué de la raza humana. |