Tijuana BC. Jun. 2012. Soy uno y a la vez, otro, órbita y contorno.
La circunferencia, es la curva cuyos puntos son equidistantes del centro.
El círculo, es la porción del plano comprendido y limitado por la circunferencia.
Soy uno y a la vez, otro, órbita y contorno.
No sé cuando me metí aquí, creo que ya perdí la noción del tiempo que llevo rasgando las paredes.
Cada día, es sólo una marca más en el muro de mi mazmorra, cada día, más pequeña.
La luz, entra por una grieta, y a veces sueño con tener el valor de mirarla con mis ojos.
Sólo que mi mirada, no se aparta del suelo, de las paredes, de las marcas.
A veces, el reflejo de una estrella fugaz, me pasa rozando para seguir recorriendo el Universo.
Me indica que sigo viva, que no solo estoy muriendo.
Hace ya una eternidad, me recosté sobre las piedras de mi prisión, pensando que el miedo es una sombra que me persigue de toda la vida, que se agranda o reduce en función de los rayos del sol, y ahora…es de noche.
Y no, no es el silencio, es el adiós para siempre el ruido más constante que abre las grietas en mi alma, vertiendo sin cesar, los recuerdos más tristes.
Hace una eternidad, me recosté sobre las piedras de mi prisión, y soñé con lo que podría haber más allá de la grieta, tras los muros, tras la circunferencia.
Desde mi rincón existencial, Tijuana BC. Andrea Guadalupe.
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