Aquellos prisioneros privilegiados elegidos por los propios gendarmes de la SS, poseían mas privilegios que los judios comunes. Ellos eran arrogantes, se convirtieron en una especie de gendarmes internos y cuidaban la seguridad de los Nazis. El privilegio que ellos poseían a cambio de traicionar a algunos judíos, que solo querían escapar de una muerte segura, eran recompensados con comida, agua y ropa limpia, solo por el favor de delatar a sus compañeros. Eran bien arrogantes y muchas veces asotaban a sus compañeros por el solo placer de sentirse superiores.
De cierta manera esto ocurre todos los días en todas partes del mundo, siempre existe alguien que se emplumó, o le salieron plumas nuevas y se cree la raja mas redonda y bella, porque piensa tener un privilegio elitista, y al no ayuda a sus compañeros se convierten en desgraciados torturadores, que ni siquiera le importa si su compañero/a tiene hijos o sus padres con sacrificio pagan la universidad y se endeudan hasta mas no poder. Esas personas son unos verdaderos Capos, que se sienten superior a cualquiera y que no les importa nada mas, que demostrarles que son superiores y que gosan de privilegios de los cuales los demás nunca gosarán. Lo que no saben es que si caen los oficiales de las SS en desgracia ellos también caen por traidores, nada dura para siempre.