De caminos abiertos e inciertos de manos extendiéndose ante mi de puertas abriéndose por doquier de tus ojos queriéndome sin fin. El borde de tu manto blanquecino el rostro ausente de todo mal el viento consume tus cabellos el lago te cubre de sal Un ciclo de sabios consejos un desierto de vida de amor un día me llenas de velos un cedro derriba al Pastor.
Texto agregado el 23-06-2012, y leído por 213 visitantes. (3 votos)