Guarda lágrimas de la noche la plaza,
recién entonces, un hombre y su yo,
se dan una segunda oportunidad.
Habita una despedida en el parque,
ningún instante para el rostro lunar.
Si quieres, abrázame en la lejanía,
o en los ecos insaciables del silencio.
Buscaré algún ladrón de recuerdos
para que no me deje amarte.
Texto agregado el 22-06-2012, y leído por 370
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