Manolín rodeó la fuente de la plaza, las vacas "del Juan" ya estaban bebiendo agua tranquilamente,
pero a él no le gustaban nada las dichosas bestias, le daban miedo,
Su padre no lo sabía, queria que fuese veterinario como su abuelo, pero solo pensar en el día que vió como nacia el chotillo del "tío perico" le volvian a dar los mareos de aquel día, por casualidad pasó y se puso a cotillear detrás del portón del establo, tenia seis años,
le parecío tan hermoso ver al chotito salir y caminar....pero cuando la vaca soltó la placenta y aquella masa viscosa llena de sangre, se desplomó como un fardo.
Desde entonces el veterinario del pueblo, que le tuvo que asistir a él y dejar a la parturienta vaca,
le llemaba "Manolín el flojo",
y poca la gracia que tenía, cuando se lo plantaba delante de las chicas del pueblo sin ningun reparo.
Con estos pensamientos llegó hasta la casa de "pitillo" habían quedado para ir a la charca a cazar ranas y renacuajos,
-¿Manolín, llevas las latas para meter las ranas?
-¡"Rejostio" se me olvidaron las de tomate!
-Vale cojo yo más ....
La charca de las ranas, era uno de sus sitios preferidos en verano, después de cazarlas se iban a soltarselas a todas las viejas y las chicas del pueblo,al cura ya le habían llegado algunas quejas,
-Pitillo, nos la vamos a buscar con don Anselmo, le ha dicho a mi madre que si seguimos así nos vamos a ir al infierno de cabeza....
-¡Bah, ese cura es un exagerado,
dijo cogiendo una rana enorme y metiendola en el bote,
-Oye pitillo ¿qué és eso que flota en el agua?
Los muchachos vieron un cuerpo flotando boca arriba todo hinchado y con los ojos fuera de sus orbitas.
-aahhhhhhhhhhhhhhhhhhh
dijo manolín
-aahhhhhhhhhhhhhhhhhhhhh mamá
dijo pitillo, soltando bote, ranas, y los zapatos en el fango,corriendo descalzos, sin sentir ni piedras ni pinchos,
A la mañana siguiente después de cuarenta tilas y tiritonas de fiebre, les dijo la policía que era un sujeto del pueblo de al lado que se habia suicidado, al saber que su mujer le había sido infiel.
ah Manolín y pitillo, esta vez no se les quitaron las ganas de ir a la charca a coger ranas, por el contrario, ahora iban en busca de otra aventura, pues eran los héroes del pueblo, y de las chicas, que para ellas era un honor dejarse poner ranas en las faldas.
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