UN OASIS EN LA CIUDAD
Un oasis en la ciudad por Margarita Zamudio
La ciudad, la monstruosa ciudad no ha muerto aún gracias al Parque, su remanso de paz, su oasis, su reserva de oxígeno, frescura, trinar de pájaros, flora exuberante y corretear de fauna por sus sombríos recovecos. El parque es como una isla en el mar de cemento, un misterio traído por las hadas, regado por las náyades que habitan en su inmenso lago, alegre por el corretear de gnomos ocultos en la fronda, romántico por las parejas que se besan en sus umbríos rincones, soleado en sus caminos de piedrecitas blancas donde juegan los niños y misterioso, muy misterioso cuando de noche chirría la verja sobre la grava del sendero.
Y entonces, sólo entonces, dicen, cuentan, murmuran que una dama de largo traje blanco almidonado se pasea por sus senderos mientras el suelo sembrado de ramitas y hojas secas crepita bajo sus pequeños pies. Dicen que está buscando a su amante desaparecido en la guerra de un país lejano y que hasta que no lo encuentre seguirá paseando por el bosque.
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La MADICION ( palo borracho)por kaia
En aquel tiempo sin tiempo, este mundo se tornó popular en las conversaciones secretas del Olimpo, se murmuraba de un Plan ETA en las habitaciones de las ninfas. Calladitas salían piponas en busca de este lugar, en donde clandestinamente tenían sus crías, las tapaban con tierra o agua y llegaban a las puertas del Olimpo jurando fidelidad a sus maridos.
En uno de esos fogosos encuentros, el borracho Odín se enamoró de la loca Frigga, le regaló las siete lunas de Júpiter que adornaron su melena hasta el día en que se casó obligada con Armaghedon El Psiquiatra. Luego de hacer el amor con su amante, Frigga fue a sembrar el huevo entre las hiervas de una extraña mata. Pasó el tiempo y de aquel pedacito de tierra surgió una especie nueva de vida, un palo borracho y parado con ramitas a los lados, circulación saturada de alcohol etílico al 100%. Las plantas, los pájaros y los animales se sentaban junto a aquel extraño que fumaba y empezaba a inventarse historias que solo existían en los sueños, -Está loco- murmuraban. Un día lo encontraron inerte, había estallado en pedazos, de pedazos salieron astillas, de astilla los hombres hicieron lápices. Se dice que todavía existen seres contaminados de la maldición del palo; Bebedores, fumadores y neuróticos quienes hipnotizados por un lápiz escriben lo que el corazón de Odín les dicta, historias que solo existen en los sueños. Literatos, poetas, cuenteros. -Están locos-... murmura el viejo.
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