escucho el grito del silencio las manos de mis dioses fraguan mis carnes siento voces en un cosmo silencioso... en mis pasos mar adentro respiro por mis branquias sueño que soy niño sin patriarcas un dios muy pequeño y en uno de mis sueños arranco todas mis vergüenzas... ya libre de una tierra deliciosa voy en busca de mis dioses me aguardan en un barco su nombre parpadea brilla sin clemencia mas siempre, navego mar adentro... con mis pasos más serenos escribo este cuento nadie cree lo que digo nadie siente lo que siento vivo en mundos sin dioses respiran sin saberlo...
Texto agregado el 20-06-2012, y leído por 187 visitantes. (1 voto)