Al juglar, en su sueño preferido,
le gustaría ser siempre fiel
al tesoro desvelado del alba.
Ese casi imposible amor
que en cada día le brinda
una segunda oportunidad.
Pero su corazón sigue el vuelo
de las diosas de los jardines
regando flores de seducción.
Sus cicatrices son atajos
que ayer dejaron otros labios,
para cuando ya, nada quede.
Tal vez un día cualquiera,
asome sobre todos los rostros,
efímero y loco de amor,
abandone sus juegos prohibidos.
Quedándose en la fidelidad
de lo ya conocido. Tal vez.
Texto agregado el 18-06-2012, y leído por 332
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Lectores Opinan
19-06-2012
Suele pasar que ese conocido despues resulte una total desconocida? Suele pasar. rhcastro