El mago está harto de hacer los trucos de siempre. El mismo conejo blanco que saca del sombrero y el mismo pañuelo blanco que esconde las flores de plástico que no interesan a nadie. Cuando era joven decidió ser mago internacional. Quería desaparecer aviones en pleno vuelo o esfumar elefantes en alguna calle de New York… sólo era cosa de practicar, tener paciencia y saber comenzar desde abajo, es decir, actuar en fiestas idiotas de niños con padres borrachos y poca paga. Será pasajero, pensó alguna vez, pero no, sigue abajo. Ni modos, es mejor ser mago que morirse de hambre. Decide ir al bar de costumbre. Apenas entra descubre que el payaso Tomasito bebe una cerveza en la barra. Un payaso de mierda, piensa, con los mismos chistes, el mismo maquillaje ridículo, la nariz roja pasada de moda y la lagrimita hipócrita pintada en el cachete gordo sin rasurar. ¡Hola Mago!, le grita Tomasito cuando lo ve. Acércate a la barra que te invito una cerveza, le dice con su sonrisa de payaso. El mago se acerca. Saluda a Tomasito con una sonrisa merlinesca. ¿Y cómo va el negocio de las payasadas?... Va bien mi Mago, ya sabes, a los golpes por la crisis y porque la gente le ha perdido el gusto al buen chiste y prefieren alquilar un karaoke basura o un par de niñas vestidas de putas para que les bailen a sus niños. Son los tiempos, no podemos ir contra ellos, ¿y qué tal el negocio mágico?, ¿sigues sacando conejos asustados del sombrero y comiendo espadas?... No como espadas, responde el Mago… Uuyy disculpa Maguito, es que hace rato charlé con la mujer barbuda y me confundo un poco… El negocio de Mago va bien. La gente aprecia lo que tiene calidad y la magia siempre tendrá su lugar, además, estoy armando un proyecto de ilusiones urbanas… ¿El mismo proyecto de hace años, el que nunca sale?, pregunta el payaso… El mismo, payaso, tú sabes, esos proyectos toman su tiempo y no es fácil… Si, no es fácil, responde el payaso mientras termina el último trago de su cerveza. Oye Mago, la mujer barbuda me contó que el negocio de comer espadas anda tan mal que ahora cambió la espada por el pene. Chupa penes a domicilio y según ella hay muchos tipos que desean que alguien barbudo se lo chupe, y si es mujer con barba los excita más. Dice que está ganando como nunca y yo creo que sí porque llegó en auto nuevo y ya con ropas decentes, sabes, no más con los trapos esos de lástima que siempre traía puestos. Tienes la suerte de que el traje de Mago es negro y de pinta elegante, así que no se nota la mala racha… ¿Cuál mala racha, mi Payasito?, todo anda bien, además, yo no le hago a eso, pero tu como payaso quizás no tengas vergüenza y te animes a seguir los pasos de la mujer barbuda… Jajaja, Maguito, Maguito, siempre bromista. Creo que tú tienes más de payaso que yo…

Tomasito paga las dos cervezas, coge su maletita y sus globitos de colores, se despide del Mago con una sonrisa y se va con paso abierto obligado por lo enormes zapatos remendados.

El mago se queda en la barra. Le gustaría alcanzar al payaso y darle una paliza. Le rompería su maleta ridícula a patadas y reventaría los globos de colores con su varita mágica, pero no, es un colega de trabajo y los une la misma mierda, ¿para qué agregar más dolor?