Risas sin reflejo dentro de mi cabeza
Flotando como nubes líquidas de glicerina
Cayendo tan suavemente a lado de los amados
Sobre camas envueltas en pétalos escarlata
Recostada está una sirena que se seca
Una sola lagrima de cristal en su cabecera
Esperando retornar a aquel lugar de sueños
Siete noches malditas sin luna
Queda un simple abrazo fijo en la brisa
Mientras los recuerdos son los únicos aún no teñidos
Pureza de corazón que eleva hasta el cosmos
Bajo tierra moribunda, laberinto grisoscuro
Deseando que quizá,
nuevamente se levante la luna y sus estrellas
Texto agregado el 31-07-2004, y leído por 256
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