I
Quiero un hombre diseminado
que guste de recoger los trozos
marchitos de la memoria - me cogerá
a mi
entre los pliegues de su sombra -
y juegue con ellos como si armase
silencios que serán absorbidos por
mis pulmones sangrarios.
II
Ese violador será mi marido:
es que no hay hombre que no sea
el
PECADO
- tire la primera piedra o golpéese el pecho -.
El hombre llegará todas las noches a mi
casa, me desnutrirá de ropa y seré la víctima:
yo soy la eterna víctima del reposo.
III
Escalaré su abdomen primigenio,
desmemoriado, ridículo:
él será quien me enseñe las travesías
del deseo.
Hacer el amor con él será vaivén de sonrisas,
a mí, que me gusta hablar durante el sexo,
tendrán que perdérseme las palabras en la
garganta.
IV
Ante él - reflejo de la áspera risa -
mi castidad de sangre regada por
mensualidades será el reflejo de la seducción:
una especie de irrigación de la esperanza de su hijo.
YO
La hembra muerta:
Yo lloro por no darle jamás un crío para
reposar la ira.
Texto agregado el 13-06-2012, y leído por 138
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