leía a Mishima... tengo como diez libros de su autoría, incluso tengo uno en japonés... un libro que difícilmente leeré...
es extraño... cada día que pasa siento que la vida se me hace sencilla... veo todos los libros leído y los que aún leí , y siento que debo retornar a la simpleza... me he rellenado de libros y responsabilidades en forma gratuita y siento que debo librarme de tanta carga...
no tuve hijos... me encuentro solo, sentado en un escritorio por mas de cuarenta años y siento que así debo estar... el mundo no es para mí, es para aquellos que aún creen en la ilusión... por mi lado, cuando salgo a la calle, me siento un extraterrestre... me gustaría saber lo que he venido hacer... muchos dicen que he nacido para ser feliz, para gozar de la vida... pero, veo las líneas de mi vida, las huellas de mi pasado y siento que he dado tumbos y vueltas, y que jamás podré llegar a mi sueño de una realidad conforme a mis sentimientos...
ya por la noche, salgo con mi perro viejo a pasear... hace sus monos, mientras yo miro a un cielo mudo que habla un lenguaje que no puedo entender... regreso a mi casa, le doy su alimento, me siento en la mesa y noto que estoy solo, solo, solo... frente a mí, las paredes llenas de cuadros... una jarra de emoliente, unos panecillos, libros por todos lados, sillas, mesas y una cocina llena de ollas y platos... solo, solo, y sé que jamás estaré diferente, a menos que, empiece a buscar mar adentro, donde nacen los poetas, los sueños y todos mis bellos sentimientos...
espero que el mañana sea como esta esperanza... que la noche rompa su silencio y mi perro haga sus monos...