Desde un rincón del desencanto, me mira la locura con su mirada ardiente fija en mis manos. Incendia las razones y volatiza la fría realidad. Entonces tomo el lápiz, y lloro versos una vez mas.
Escapa a ratos tu dulce recuerdo, y encuentro rencores en lugar de ternuras. Te imagino perdida en otra mirada, desvanecida en pasión, iluminada en deseo, pintada de nuevos eternos amores. Te imagino enredada en otros brazos, diluida en otros labios, disipada en otros poemas. Te imagino feliz, sin mí, sin memoria, sin pasado, sin verdad.
Y aquí, en medio de la nada, el viento aun no borra tus caricias. Aquí, al borde del dulce abismo, las lágrimas aun no pagan el dolor. Aquí, entre sabanas calladas, entre espejos de soledad, entre relojes de angustia y lunas de oscuridad, sigo extrañando lo que nunca tuve, sigo llorando lo que nunca fuimos, sigo soñando lo que pudimos ser.