El deseo nace permaneciendo fuerte en mis entrañas sin poderlo evitar. Siento una profunda pena en mi alma sin poderla arrancar sigue siendo un sinsabor que me gusta saborear. Porque al repetirse sé que mi corazón derrumbara siendo consumido por el apatía del amor. Siendo esta apatía la única capaz de darme el placer de tener la soledad brillante en mi...
Texto agregado el 07-06-2012, y leído por 95 visitantes. (1 voto)