Nocturno 03. Madre Fecunda
Madre fecunda, vestida de novia,
arropas con virginal pureza,
desnudez de tierra y noches de inmaculadas lunas,
acoges los gritos callados, de sus hijos al caer,
densos, copiosos, ordenados, helados momentos de lágrima viva.
Frío campo, soñando brisas de primavera.
Laceraron tu cuerpo fértil,
con la saña de la siembra,
te cuidan, te lloran, te sudan
en el parto de la tierra.
¡Ay! Tierra agradecida, inmune,
testigo mudo de siegas, aventos y horcas,
hasta mis brazos fueron cadalso de desesperos.
Tierra sorda, gratitud de mis silencios,
suelo donde hincarme,
que solo te puedo dar susurros,
sombra y mis hijos de Otoño.
Soy un viejo con los últimos penachos puestos,
casco de gala de una muerte cierta,
ya he visto demasiados amaneceres áureos, con sus ponientes cobres,
ahora, cuando la espero,
pues la siento en mis entrañas,
cuando caiga rotundo sobre tu dulce lecho,
seré hogar, refugio, reposo
de tus alimañas, noche.
Y me miran los espectros al pasar,
ajenos a mi muerte,
ni me llevan, ni se paran,
no te encuentro alma,
ni fuerzas tengo, para buscarte tan profunda,
te la entregue hace mucho,
tierra amada, tierra cobijo;
Solo soy madera vieja, podrida,
muerta de años, trono de caminantes exhaustos,
polvo de carcoma, llevado por el viento
ataúd sin sedas, esperando entierro.
En imágenes
http://youtu.be/fNoTgwbiwc8
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Antonio © M. ( T i T o. M.)
05/Junio/2012
Nómada
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