Volví al canal de las penas
después de mil años,
me encontré con dos o tres imágenes
pero mil años son muchos
y ya no quiero sufrir.

En el primer descanso encontré la ventana
y el grito del viejo
¡Volvé a la cama!
Entre el decimo escalón y el segundo descanso
estoy con las cañitas en la mano y no desciendo
solo vuelo.
Entre el último escalón y la salida
trabo fuerte la puerta con el pié
para que no entren los indios.
En la pared que baja girando,
vengo con mi Bic
dejando constancia.
Del otro lado, en el afuera
siempre la incertidumbre de encontrarte o no
detrás del tronco del árbol gordo.


Volví al canal de las penas
después de mil años
porque quise volver,
porque es mentira
que no quiero sufrir.


D.R.F.