Hace unos días sufrí un problema de salud y me recomendaron a un excelente Medico, el mejor de Chile en su especialidad (eso nos dijeron), y llegué a verlo… yo no se si el tipo sabe tanto (es posible que si); yo no se si el tipo entendió un carajo lo que trate de explicarle (me imagino que no); seguramente todos los diplomas que tenía colgados en la pared efectivamente se los ganó en las universidades que en ellos se señala; pero mi impresión, por su forma de tratarme en un momento en que precisaba algo de tacto y de empatía, es que el doctorsillo es un tarado que no tiene idea de donde esta parado.
Bien decía un profesor, cuyo nombre no recuerdo, que existen profesiones fundadas en el trato directo con personas y profesionales a los que solo se recurre cuando se tiene uno o más problemas. Por eso los Asistentes Sociales o los Psicólogos, o los Abogados (etcétera) no podemos esperar que venga la gente feliz a contarnos sus problemas; no basta con ser, también debemos tener permanentemente algún grado de humildad y humanidad.
Por cierto, la eterna queja siempre es hacia los funcionarios del sector público; en este caso el doctorcillo aquel pertenece a una consulta privada, de pago (y de bastante pago, hay que decirlo)… en otros casos personalmente he recibido un trato mucho más digno de funcionarios públicos, que no tienen tanta eminencia, que no reciben sueldos tan abultados, ni gozan de oficias tan acondicionadas, pero que si saben (a mi entender) como tratar a alguien que sufre y eso les da un valor incalculable a su trabajo.
Moraleja:
Aunque suene de perogrullo, cuando usted sea una eminencia, o cuando vaya derechito a convertirse en una, o cuando ejerza como el profesional competente que hoy es, nunca se olvide que no esta tratando con maquinas, ni con números, ni con estadísticas, ni con clientes, ni con pacientes… esta tratando con personas, que sufren, que sienten, que pueden tener los mismos o peores problemas que usted y que no merecen recibir su maltrato… por muchos eminentes cartones que usted tenga tapando los hoyos de su pared.
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