Según mi papá, el papá del papá del papá del papá del papá de él, la razón por la que nadie quiere ir al Infierno es por el simple malentendido de una palabra, sí, la historia va así: Todo comenzó allá por el año “Quiénsabecuál”, Dios y Satanás decidieron reunirse en un lugar neutral de la Tierra -por supuesto se reunieron en lo que ahora es Suiza-. Para reconciliarse y más que nada, para arreglar lo de la distribución de almas, ya saben, lo del pago de aranceles por importación y exportación de éstas. Se podría decir que ése fue el primer Tratado de Libre Comercio de la historia.
Arreglado esto, los dos comenzaron a platicar sobre sus reinos, lo destacado de esta conversación fue que Satanás le confesó a Dios que en el infierno había muchos de estos animales, parecidos a los camellos. Dios por supuesto sabía que los animales a los que éste se refería se les llamaba “Llamas” y fue ahí cuando se le ocurrió la mejor idea de todos los tiempos: le aconsejó decir a todo mundo que en el Infierno había llamas y que estaba repleto de éstas, así al enterarse de esto, por su aspecto divertido y peculiar más humanos desearían bajar ahí. Satanás agradeció el consejo pues confiaba en la sabiduría de Dios. Dieron por terminado el encuentro, se despidieron efusivamente -porque sólo tienen permitido reunirse cada 100 mil años- y se retiraron a sus respectivos territorios.
Ya en el cielo Dios llevó a cabo su plan, organizó una reunión inmediata y comunicó a todos que el infierno era un lugar cubierto de llamas, de eternas, ardientes y sofocantes llamas y que todo aquél que se portara mal, sería enviado allí para siempre, cuando la realidad era que sí estaba lleno de llamas, pero de cuadrúpedas, inofensivas y cómicas llamas, de ésas, no de las otras. Pidió a su equipo de trabajo que esparciera la noticia y que la hicieran llegar a la Tierra lo más pronto posible, para que así nadie quisiera ir al infierno y todas las almas fueran a parar al cielo.
Satanás se enteró de esto cuando se dio cuenta que el ingreso anual de almas había decrecido considerablemente, un ángel caído -el segundo después de Satanás claro está- que le guardaba rencor a Dios por haberle enviado también al infierno le contó todo. Desde entonces Satanás lleva muchísimo tiempo planeando su venganza, la cual -según mis cálculos- tendrá lugar el 21 de diciembre del año 2012. El que lea esto y tenga planeado ir pronto al cielo, que les avise. |