Camine absurdo por la orilla de la calle seca y humillante, pude ver desde lejos lágrimas venir encima como león hambriento, no sabia si el pasado vendría conmigo en aquella tarde gris y envuelta en misterios, solo camine cabizbajo esperando el llamado de los Ángeles negros cubiertos de dientes, ¡me aferre! Y mire las nubes, mientras no salía
Texto agregado el 03-06-2012, y leído por 96
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