Amor romántico
Se trata de un tipo de afecto que, se presume, ha de ser para toda la vida (te amare por siempre), exclusivo (no podré amar a nadie más que a ti), incondicional (te querré pase lo que pase) e implica un aparente grado de renuncia (te quiero más que a mi vida). Sin embargo este supuesto altruísmo del amor romántico termina abruptamente cuando se sospeche que no es correspondido de igual manera. Quienes se encuentran románticamente “enamorados” padecen sintomas similares a los de un obsesivo compulsivo. Esto puede explicarse neurológicamente por la acción de algunas drogas naturales que genera nuestro cerebro tales como la serotonina y la endorfina. Su accion más notoria ocurre cuando estamos con el ser amado: nos hace sentir bien, completos, relajados. Por el contrario la ausencia del ser amado ocasiona lo contrario: estados de desolación, desesperación, depresión, angustia e ira. Este tipo de amor como toda adicción es dañino ya que nos hace codependientes de un agente externo. El problema es que concebimos al ser amado de una manera distorcionada por nuestra idealización. Inadvertidamente proyectamos todos los satisfactores de nuestras carencias y necesidades emocionales en una imagen irreal que nos hacemos del ser amado. Sin querer lo hacemos responsable de nuestra felicidad. Así se originan las más enfermizas relaciones de amor-odio. Algunos conceptos erroneos que derivan del amor romántico: “Solo puedo ser feliz y contar con cariño en mi vida si tengo una pareja”. “Los celos de mi pareja son una señal de que me quiere y de que le importo mucho”. “La fuerza del amor lo puede todo. Él/ella es el amor de mi vida. A pesar de todo lo malo que me haga, lo/la quiero y me quiere”.
Amor confluente
El término fue acuñado por el sociólogo británico Anthony Giddens en su libro de 1992, “La transformación de la intimidad: sexualidad amor y erotismo en la sociedades modernas”. Este autor utiliza el término “relación pura”, para definir las relaciones que surgen a partir del amor confluente. Este tipo de relaciones solo son posibles entre dos personas emocionalmente independientes, es decir, que no necesitan del otro para “completarse”. Los lazos de cariño pueden ser incluso más fuertes que los que se dan en el amor romántico dado que están basados en el conocimiento real de si mismos y de la pareja. La aceptación de las caracteristicas no deseadas como parte de la personalidad del ser amado y el respeto a la diferencia son pilares fundamentales en este tipo de relación. El sexo -aunque no juega un rol determinante- cuando se da, se concibe como una manera más de comunicación de la pareja en la cual la mutua busqueda de placer surge como una ofrenda de cariño hacia el otro y no como una busqueda egoista de satisfaccion individual.
“El modelo de amor confluente implica la existencia de un marco ético para el fomento de una emoción no destructiva en la conducta individual y en la conducta comunitaria. Proporciona la posibilidad de revitalización de lo erótico –no como una habilidad de las mujeres impuras- sino como una cualidad genérica de la sexualidad en las relaciones sociales, formada por las atenciones mutuas y no por un poder desigual. El erotismo es el cultivo del sentimiento, expresado por la sensación corporal, en un contexto de comunicación; un arte de dar y recibir placer.” (1)
Por lo mismo no existe necesariamente un “contrato” de exclusividad con la pareja, debido a que ambos aceptan con naturalidad que su compañero pueda tener otras relaciones sin que eso afecte en nada sus sentimientos. El amor confluente tiene como base una amistad no carente de sexualidad, los limites entre una relación romántica y una relación de amistad se debilitan aquí para formar un nuevo tipo de relación que extrae lo mejor de ambas y abre un espectro mayor de posibilidades. En relación a la duración de las relaciones, no existe una duración predeterminada, como en el amor romántico en cual el ideal es el amor eterno. Las relaciones duran mientras se mantiene el interés de los involucrados, si alguno de los dos elige terminarla, la relación se da por terminada y nadie sale lastimado.
Conclusión
El amor romántico nace de una proyección de nuestro propio ego sobre la persona amada y busca satisfacer carencias emocionales que nunca podran ser satisfechas por algo externo, somos nosotros mismos quienes debemos ser capaces de alcanzar la felicidad libremente, sin responsabilizar al resto. El amor confluente es un nuevo concepto, pero eso no significa que no haya existido en la antiguedad. Toda nuestra cultura, la poesía, la música, el cine, las leyes,incluso la historia y su interpretación está fuertemente marcada por el concepto de amor romántico por lo que es muy difícil ver más allá de lo que nuestros anteojos nos permiten. Así mismo, es difícil vivir el amor confluente sin recaer en el amor romántico. Hay que tener presente que el mero conocimiento del amor confluente no nos libra del enamoramiento. Nuestra mente inconsciente se ha ido alimentando y desarrollando para funcionar de esa manera. Es necesario un profundo trabajo de limpieza y reprogramación neurológica para poder llevar a la practica esta nueva forma de relacionarnos. En este sentido toda tecnica que permita modificar los patrones habituales de comportamiento será bienvenida.
Notas:
1.- A. Giddens (1998:182) |