Mis manos sudaban,
mis labios se movían
pero no sabía lo que decían…
tu mirada esquiva…
los segundos parecían eternos,
no sabía que decir…
yo con la boca seca,
las piernas tiesas
y las tuyas que no se paraban de mover…
casi tartamudeando y no pare de hablar
hasta que… un par de gotas de lluvia
irrumpieron entre dos extraños conocidos.
Texto agregado el 02-06-2012, y leído por 142
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