Recuerdo el día en con tu voz me dibujaste tus anhelos y sueños profesionales, yo atónita, idiotizada de tus rimas que pretendian acoplarse a la coherencia me impidieron sentir la punzada dulce de la anestesia que sigilosamente administraste a mi raciocinio e intelectualidad.

Ojala te hubiera pedido tu tarjeta de presentación en ese entonces, la que finalmente tuve en mis manos y aprecié al año de conocerte, ese pedazo de árbol desperdiciado hablaba de un ser libre de patologías emocionales que a través de hacer funcionar la verba gastada e hipócrita perseguía el éxito verde del papel apestoso que se dice llamar dinero.

Hace un mes haciendo limpieza de mi mesa de noche encontré un recuerdo tuyo que se negó a desaparecer cuando le dí la orden a mi casa que vomitara tu recuerdo, esa tarjeta de presentación donde te introduces ante el mundo como un ser perfecto, pensante, sano y exitoso.

Al leerla me percaté que la misma está incompleta, o acaso pretendía simularte como un individuo sano y con pantalones firmes? Pues no detalla la profesión que ostentas perfectamente, tal como cualquier otro ínfimo hombre machista y que ejerces bien: DESTRUIDOR DE ILUSIONES y tu reciente maestría: DESCARADO ENGAÑADOR.

Ese papelito, realmente no te hace justicia! Te ilustra como un ser bueno, pero tu eres mejor siendo peor, así que por favor, actualiza tu información!

Te envío esta sugerencia a través de este pensamimento que de seguro ya lo sientes en el fondo de tu hígado, ya que sé que te sientes tan orgulloso del gran hombre que eres, pero te hace falta mostrarte al mundo como el mejor de lo peor.