Son tan lejanos los recuerdos, de mi tierra amada
En la cual en las mañanas se enseñoreaba el mirlo
Mi terruño, con sus calles de fina y ardiente arena
Donde los vientos anidan sus magnánimos sueños
Donde se corona el sol reluciente en su disco de oro.

Hondonadas por donde peregrinara el indio pampa
Viejos caminos recorridos por mis viejos queridos
Y en las noches de serenata se elevaban en lo alto
Mientras sus voces aún resuenan, en sus viejas calles
Mientras los ladridos de algún perro se oyen en los hogares.

Mi querida tierra, arrullo de palomas, trinos de cientos de aves
Con su gran laguna donde imperan las sales orgullo nuestro
Hoy con gran pena y desasosiego lo veo triste y enfermo
Cual marchita hoja, en un viejo árbol con su tronco desgajado
Pero aun así, hoy yo te quiero cantar, con melodía del viejo viento.

¡Mi querida tierra, mi Epecuén, que ha sido de ti, tu tierra arrasada!
Mis alabanzas y mis recuerdos bogan en el espacio hacia ti
Y mil besos y plegarias se desprenden de mi alma, viéndote así
Hoy te dedico mi poesía, para que entronen tus viejas melodías
Mi querida tierra lejana, cuna de mis ancestros, mis memorias son para ti.

Ray