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Lilian estaba en su negocio, atendiendo público una aburrida aunque ajetreada tarde de lunes, cuando de pronto aparece en el umbral de la entrada un hombre algo mayor. Alto, con algunas canas en la barba y unos ojos profundos, mirada limpia y potente. Se acerca al mostrador y le pasa una medalla dorada con un extraño símbolo triangular.

- Quiero una fotocopia -dijo apresuradamente mirando hacia afuera, como verificando si nadie lo había seguido. Su voz le pareció familiar.
- Pero señor, no sé si esto pueda salir en la copiadora - repuso Lilian algo nerviosa.
- Intentalo, te pagaré de todos modos.

Lilian puso la medalla en la fotocopiadora y cuando presionó el botón verde, el aparato comenzó a temblar, la luz blanca del escaner se torno roja y un extraño vapor comenzó a salir por los bordes de la máquina. Lilian miró asustada al hombre, pero este no estaba. Había desaparecido. La máquina se apagó con un chasquido eléctrico y en ese instante Lilian sintio una presencia tras ella, y de inmediato unas manos la tomaron. Quiso darse la vuelta pero no pudo, algo la tenía inmovilizada. Al mirar sus manos vio que se habían pegado a la máquina fotocopiadora, estaban como fundidas con el plástico. Intentó gritar pero de su boca sólo salían gemidos ahogados, eran gemidos de placer. Entonces se dió cuenta que estaba siendo penetrada. La sensacion del movimiento rítmico en su cola y esa respiración pesada en su nuca prevalecieron por encima del miedo inicial, le gustaba, el hombre le gustó desde el momento en que lo vió. No podía moverse mucho, pensó en la gente que pasaba por afuera pero nadie parecía advertir lo que sucedía en el local. Los movimientos se hicieron más rapidos, más violentos como si el hombre hubiera leído su mente y en el instante en que acabaron juntos gimiendo y tiritando ... la fotocopiadora terminó su trabajo. Lilian retiró la imagen algo borrosa pero aun legible del medallón, se lo entrego al hombre, recibió el dinero y se despidió con una sonrisa. Cuando lo vió irse por el pasillo. Sintió un frio hilo de humedad corriendo por su pierna.

Texto agregado el 31-05-2012, y leído por 157 visitantes. (1 voto)


Lectores Opinan
01-06-2012 y es que cantó: yo quería hacer sosiego y por poco me dejan ciego, curruta, currutá, o sea que el jodio como tu comorenderás quería hacer sosiego y por poco se queda cegatón el jodio, eh? marxtuein
31-05-2012 ¡¡Pasame la dirección!! Me entretuvo mucho y ahora miro la fotocopiadora de mi oficina con otros ojos. Esto abre un horizonte de posibilidades. Dehumanizer
 
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