CARTA ENÉSIMA SÉPTIMA

Querida:

Mis labios y la luna juegan en tu nombre, las rosas perfuman tus secretos, y yo camino en el viento buscando tus huellas que se han marchado una noche de abril. Te busco en silencio y mis quejidos crujen de nostalgia. Los vientos me dicen que tus huellas se han perdido en el horizonte y que tus sandalias divagan a la deriva buscando tus pasos lejanos.
Las golondrinas se posan en mis ojos esperando tu retorno, mis pupilas dibujan tu nombre en la lluvia que llora soledades tras tu partida. Mis bolsillos lloran de hambre porque ya no tengo las manos que alimentan mis tristezas.

Los cuervos ya no duermen, el viento ya no sopla ráfagas, la luna muere en mis labios, los niños ya no crían alegrías y yo me ahogo en tus recuerdos.

¡Vuelve pronto, niña en primavera!