EL DESCANSO 441 palabras
Vengo a saludar estos pilares,
Bases por donde yo debo crecer;
Donde anidan las tiernas aves.
Todo perfume, sabia, el saber,
Flota la verdad, toda la vida;
El pan para que yo pueda comer.
Se nutre la mujer consentida,
Renace aquí la primavera;
Refugio de toda fe perdida.
Lecho fiel, cuando nada espera.
Abono que surge del pecado,
Perfuma la flor en primavera.
Yace aquí solo, sosegado,
Lejos del dolor y la miseria,
Jamás el cuerpo atolondrado.
No siente dolor esa materia,
Ya reposa en tranquila calma
Libre del flagelo, la blasfemia.
Sin efélides, turben su alma.
! Aquí donde él se purifica ¡
!Donde queda sin usar la enjalma¡
Donde borra la pasión marchita.
!Todo, esta tierra lo consume¡
!Esta llanura, todo lo conquista¡
!Qué compañera, todo asume¡
El que llega, ella lo recibe,
No importa fétido, perfume.
Casado, viudo, casto, célibe;
Albergue le da en sus entrañas,
Al experto, al que no escribe.
A quien lleno de refrán y mañas,
Rojo, amarillo, negro, blanco,
Aquí, ni engañan, no engañas.
Reposar, todos tenemos tanto.
Con tu voz puedes formar un dúo,
Platicar puedes sin caro manto.
Serás elogiado por el Búho,
Quien vendrá para pasar la noche.
Envuelve las tumbas superfluas.
No escucha edad, o reproche.
Silente, queda el camposanto;
Entres en carro, parrilla, coche.
!Vendrás a desalojar quebranto¡
Todo guarda esta tierra santa,
Sin que tengas a cubrir, un manto.
Agradecer debo la prez tanta,
Si pienso que de allí, yo vengo;
Nacido soy sin vestir, sin manta.
Soy hombre de corazón, sostengo;
Reconozco la maldad, el yerro;
Culpar no debo, al abolengo.
Nací animal, estoy de acuerdo;
Y si falta enmendar pudiera,
Borrarla total de mi recuerdo.
Amaré montañas y praderas,
Darles mi amor y esencia
Todo, con mi joven primavera.
Agradeceré con mi presencia,
Bondad, y favor que me han dado,
Terminar en llano diligencia.
De ti cordillera soy prendado;
Más que esto, soy agradecido;
La pureza que me da tu prado;
Bella castidad de tu plantío.
Muéstrome agradecido, contento,
Por ti calmo el arrogante frío.
Brotas sutilmente alimento,
Lo nutres de noche y de día;
Dándole al hombre vital sustento,
¿Sabes? Este con fatal porfía,
Niega de ti, con álgido valor;
Otro más infiel lo olvidaría.
A canje, otros legan su sudor,
Inclínanse sobre duro surco.
Recogen de ti el pan con amor.
De los demás, obtendrás insulto...
Todo, señor valle permitido.
!Pero sabes que, como adulto,
Eternamente agradecido,
Pues en tu seno yo me levanté¡
Por sendas vague siendo perdido.
Mas a tus valles ya regresaré;
Dormiré el sueño de mi vida;
Con esto, valle, me consolaré.
Reinaldo Barrientos G
Rebaguz
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