tenía cinco centavos y mucha hambre... no conseguía trabajo por lo tanto tuve que mendigar a mis cuarenta años... la gente no me ayudaba, más bien gritaban por lo ocioso que era... muchas veces lo intente, pero nunca duraba en ningún lado...
una noche en que estaba sentado frente a un bar, un hombre y una mujer se pusieron a besarse y abrazarse sin ningún reparo... no sé por qué me indignó... me paré y les dije que se fueran a otro lado a hacer lo que quisieran... los dos se mearon de la risa, pero yo seguí estoico... de pronto, recordé algo lejano, casi sin palabras que resonaba en mi ser como si fuera un hormigueo... les miré a los dos y ellos al mirarme dejaron de reír... dejé mis tonterías en el piso y caminé y caminé hasta llegar a una calle vacía... a lo lejos vi una casa, era de noche y pude divisar que estaba encendida... caminé hacia ella y noté que alguien estaba en la puerta... era un hombre de mediana edad que al verme, me dijo que pasara a su casa... "lo estaba esperando"... entré y vi todo muy confortable... me senté en un sillón y noté que había un perro cerca de mí... el perro se acercó y me lamió las manos... me sentí como en mi casa.... el hombre subió al segundo piso y luego bajó con un par de maletas... "la casa es suya", me dijo... "adiós", agregó para luego salir por la calle y perderse en la oscuridad de la noche... no sé porqué lo tomé con calma... subí al cuarto y pude ver muchos libros y cuadros y fotos... en todas estaba el hombre que acababa de salir... noté que no había nadie más, así que busqué "mi cuarto"... allí estaba... junto a él un televisor, unos libros y mucha ropa, y un escritorio... abrí unos de los cajones y revisando encontré una hoja con mi nombre... era de un banco en donde decía que tenía una importante cantidad de dinero, cinco propiedades alquiladas a empresas y ni un solo familiar... sonreí por mi suerte y como si estuviera soñando me fui a la cama, no sin antes darme un baño de agua caliente... bajé a cenar con el perro y luego me fui a dormir...
tuve sueños extraños... era como si mis temores estuvieran rogando mi atención... apenas desperté salí a la calle, fui al banco y saqué un poco de dinero... me fui almorzar a la calle con mi perro y luego entré a un parque... me quedé por varias horas con el perro... miraba el cielo, los niños, las madres, los ancianos, etc... un niño se me acercó a pedirme unos centavos, se los di... luego vinieron mas y mas y a todos les di hasta quedarme sin un centavo... me paré y partí rumbo a mi casa... mientras caminaba noté que todos los niños me seguían... me reí y le pedí que me acompañaran a mi casa... les hice entrar y descansar, comer y si gustaban, quedarse el tiempo que les diera la gana...
lentamente me di cuenta que la casa quedaba vacía... y cuando no había mas nada que los libros y mi cama, toda la gente que se me acercaba dejó de venir... quedé solo, con mi perro, los libros y mi cama... no había problema con el dinero porque los bancos se encargaban de cobrar y depositar en mi cuenta...
el tiempo pasó y una tarde en que paseaba con mi perro, encontré al hombre que me había dejado su casa... estaba mendigando... le di unas monedas y él me dio las gracias... parecía no reconocerme, ni siquiera el perro le miró... "gracias señor", dijo... "de nada", le dije... seguí mi camino y caminé y caminé hasta que sin darme cuenta había llegado al mismo bar donde mi vida había cambiado... me senté en el mismo lugar donde mendigaba y cerré los ojos un instante... cuando los abrí estaba mirando a una pareja haciendo el amor... me dio risa... traté de pararme pero todo el cuerpo me dolía... miré mis manos y estaba viejas y sucias... tenía una taza y allí entendí todo... me paré y reí y reí sin parar, sin parar, sin parar...