Háblanos de lo que ahora mismo se conmueve en tu propio corazón.
Almustafá lo miró, y en su voz había un sonido como el canto de una estrella, y dijo:
En vuestro despierto soñar, cuando en silencio escucháis a vuestro más profundo YO, vuestros pensamientos, cual copos de nieve, caen y flotan y se revisten de todos los sonidos de vuestros espacios con albo silencio.
¿Y qué es el soñar despierto, sino nubes que brotan y florecen en el cerúleo árbol de vuestro corazón? ¿Y que son vuestros pensamientos, sino pétalos que el vendaval de vuestro corazón esparce sobre colinas y campos?
Y así como esperáis la paz hasta que lo informe dentro de vosotros cobre forma, así la nube se reunirá y vagará hasta que los Sagrados Dedos conviertan vuestro gris deseo en pequeños soles de cristal y en lunas y en estrellas.
Entonces Sarkis, que era algo incrédulo, habló y dijo:
Pero la primavera vendrá y todas las nieves de nuestros sueños y de nuestros pensamientos se derretirán y no serán más.
Y él respondió:
Cuando la Primavera venga a buscar a Su Amado entre los dormidos bosques y viñedos, las nieves, en verdad se derretirán y correrán en riachuelos, en busca del río en el valle, para ser portadoras del trofeo al mirlo y al laurel.
Así se derretirá la nieve de vuestros corazones cuando llegue vuestra Primavera; y así correrá vuestro secreto en riachuelos a buscar el río de la vida en el valle. Y el río encerrará vuestros secretos y los llevará al gran mar.
Todas las cosas se derretirán y se convertirán en cantos cuando llegue la Primavera. Aun las estrellas, esos enormes copos de nieve que caen lentamente sobre los dilatados valles, se derretirán en arroyuelos cantarines. Cuando el sol de Su rostro se levante por encima del anchuroso horizonte, entonces ¿qué armonía helada no se tornará en fluida melodía? ¿Y quién entre vosotros no querrá ser el portador del trofeo al mirlo y al laurel?
No fue sino ayer cuando vosotros os movíais con el mar y estabais sin playas y sin un YO. Entonces, el viento, el soplo de la Vida, os tejió cual velo de luz en el rostro; luego su mano os juntó y os dio forma y con la cabeza erguida buscasteis las alturas. Pero el mar siguió tras de vosotros y su canción está todavía en vosotros Y aunque hayáis olvidado el parentesco, la mar defenderá eternamente su maternidad y siempre os llamará hacia ella.
En vuestro errar entre las montañas y el desierto, siempre recordaréis la profundidad de su fresco corazón. Y aunque muchas veces no sepáis qué anhelar, será sin duda, su vasta y rítmica paz.
¿Y de qué otra manera podría ser? En bosques y collados, cuando la lluvia danza sobre los árboles y las colinas y cuando la nieve cae como una bendición y un pacto; y en el valle, cuando conducís vuestro rebaño al río; y en vuestros campos, donde los arroyos, como corrientes de plata, se unen al verde ropaje; y en vuestros jardines, cuando el rocío matutino refleja los cielos; y en vuestras praderas , cuando la niebla de la noche cubre vuestro camino; en todo eso, el mar está con vosotros; un testigo de vuestra herencia y un derecho sobre vuestro amor.
Tal es el copo de nieve que hay en vosotros y que corre hacia el mar”
Khalil Gibrán
(de “El Jardín del Profeta”) |