Sentado en el patio, un poco fuera del alero. La noche fresca le sumerge la rutina del día. Oteando, como quien demanda que se acabe una frase, olvidándose de a ratos de lo exigido antes, gira la cabeza y mira una piedra sin forma. Un gato con deslices de pez, un poco antes se había restregado en ella.
Lo observaba desde arriba, para poder mejor poseerlo, algún detalle podría quitarle y con sumo egoismo poder aprovecharlo.
- El hombre tiene historia brava..., no cualquiera junta semejante currículo - me hicieron saber cuando dije que andaba nomás conociendo.
La gente hablaba poco pero pensaba rápido cerca del monte. Han andado tantas vueltas por lo mismo...
De madrugada, cuando poco se ve, el instinto o el recuerdo te gritan la huella. Que lo saben de corrido y lo adaptan sin hacer diferencias es sabido desde que uno se deja ver en el horizonte.
Algunos debajo de los pinos desde las mesas improvisadas bebían hablando del cambio(...)