En una noche decembrina solitaria el viento me retrotrae a esto. Como si nada fuera, me decido y entonces, sin hesitar, lo cuento. Ya no busco aquello que ha sido pues sé que no lo volveré a encontrar. Hago borrón y una cuenta nueva si te decides y me ayudas sin dudar. Lo que hace tiempo ya se ha ido es algo que ya no ha de volver. Hoy diseño nuevo punto de partida y te propongo ser mi timonel. Sé que este momento es el indicado y es propicio para la libertad. Somos dos seres que no olvidan de ganarle batallas a la realidad. Parte del mundo, con tibieza, espera a nuestro despegar. Con unas ánforas más claras que permitan limpiar la soledad. La luz que nace fresca del olvido es aquella que alumbra sin cesar. Lo hace en alboradas que sonríen hasta que llegue el tiempo de soñar.
Texto agregado el 22-05-2012, y leído por 237 visitantes. (4 votos)