La falsificación y la piratería, tema polémico que ha sido debatido en innumerables juzgados a la vuelta del paraíso y el pecado para muchos. El jirón Azángaro, “La Cachina”, Polvos Azules, y Wilson son indudablemente uno de los mayores puntos de concentración de piratería y falsificación de documentos, artefactos, discos, consolas de juegos, computadoras y ropa que dicen ser de “marca”.
El Jirón Azángaro, situado nada más y nada menos que a la espalda del Palacio de Justicia. Es el que cautiva mi atención más que cualquier otro lugar. La astucia e inteligencia (probablemente indebidamente usada) impulsados por el miedo y la necesidad maravillan a cualquiera que sepa de su existencia. Así como atrae a turistas y forasteros con cierto exceso de curiosidad. Azángaro demuestra el emprendimiento que tienen los peruanos (los criollos), la habilidad de poder reproducir documentos de identidad, pasaportes, recibos de luz, diplomas entre muchos documentos más, que tienen la propiedad de pasar desapercibidos y auténticos.
Todos estos procedimientos en Perú se dan en grandes cantidades, son considerados ilegales y por lo tanto sancionados por el gobierno. Pero lo que nadie se atreve a hacer es a ver mas allá de los hechos, si bien es cierto, esas personas no se ganan la vida justamente, lo hacen creativamente.
Azángaro es la salida fácil de muchas personas que no tienen otra elección, los precios son más cómodos, los productos son fáciles de conseguir y hay una gran variedad, los ingresos de sus ventas ayudan a sustentar a muchas personas que necesitan este dinero. Sorprendentemente este es uno de los pocos negocios donde el gobierno no toma abusivamente su parte primero, de las ganancias. Tal vez si estos procedimientos no fueran ilegales o pudieran considerarse como un negocio “formal” fomentaría la creatividad de las personas y el gobierno sería beneficiado con los intereses de este negocio que abarca el 45% de los ingresos de la población popular.
El negocio de la piratería en el Perú es abundante, no debería ser penalizado porque hay una gran demanda y por lo tanto producción. Muchas personas dependen de este negocio y si es que el gobierno restringe sus ventas estaría afectando a más personas de las que beneficiaría. Así que cada vez que compres un CD pirata o ropa “bamba”, piensa en todas las personas que dependen de los ingresos de sus ventas. Lo que muchos llamas falsificación o parodia es la salvación de miles de personas que necesitan un sustento.

Este es un artículo que no señala el aprobamiento completo de la falsificación y la piratería. Es simplemente otro punto de vista que encuentro muy interesante para reflexionar y pensar