Cuando nos pasa algo desagradable y no queremos exteriorizarlo usamos la expresión “no pasa nada”. “Nada” curiosa mascara que guarda secretos, secretos internos que no deseamos mostrar para no lastimar a las personas que queremos. Pero el “nada” sigue ahí, muy dentro de nosotros… y no solo es algo mental, si así lo fuera, no mataría tanto al alma. El “Nada” es una palabra del corazón, de un corazón que sufre. Ahora no creo saber el sentimiento de “nada” pero lo siento dentro de alguien que me importa mucho. No poder hacer nada por ese “nada” crea en mí un sentimiento parecido al “nada”... Un momento… yo tan bien sentí el “nada” hace años atrás, cada “nada” es diferente y cada situación igual, para mi “nada” no hubo alguien que luchara contra de él, lo vencí solo, llevo tiempo, recuerdo, pero a las finales lo vencí. ¿Habrá un remedio para el “nada” o uno mismo será el remedio? o será que como los alquimistas soñaban con la inmortalidad de la piedra filosofal, yo sueño con ser tal cura para tan arraigado mal. La lucha que le jure al “nada” esta desatada, da miedo pelear contra ello, pero si la lucha puede liberar a alguien de ese mal, valdrá la pena dar el tiempo y las fuerzas necesarias para vencerlo. Aunque tal vez venza a este “nada” sé que en algún momento de mi vida me volverá tocar acogerlo en mi corazón y solo espero que haya otro valiente que intente luchar contra tal mal… No me siento solo, pues sé que en el mundo otros seres como yo están luchando contra ello, para tratar que la vida de esa persona, vuelva a tener sentido. |