no estuve de acuerdo con nada en mi vida... siempre debajo de la mesa renegaba ante los vicios de la gente que declamaba ser mi familia, mi sangre y otras cosas más, cuando dentro de mi ser sentía ser hermano de mi perro, sobrino de un mendigo y padre de todos los bebés...
dejé mis estudios para no volver a verlos jamás... pero uno no se puede engañar y siempre va tras el conocimiento de todas las cosas, como buscando lo real, aquella cosa que no cambia a pesar del tiempo y del espacio...
en los libros encontré a seres con los mismos sentimientos... me encerré en la biblioteca de un amigo y lentamente me llevaba uno a uno todos los libros... cuando me pillaron, nunca más me dejaron entrar... la verdad no creo en la amistad... todo ser que se te acerca es porque es un tonto o es un ladrón... siempre quieren algo de ti... ya sea que le escuches, o le discutas... uno con el tiempo se vuelve un laburador a tiempo completo para llenarse de lo que su ser anhela o sueña... yo soñaba y anhelaba el conocimiento de las cosas o la compañía de mis amigos los libros... supe que quien escribe es el alma de la verdad y no el hombre que escribe... casi puedo decir que el alma de la verdad usa a quien esté dispuesto...
la soledad es un arma brutal... uno se olvida hasta de su nombre, de sus gustos y de sus sueños... respira la oscuridad en que vive y se hace uno con aquella oscuridad... quizá porque se hace lentamente irreal y sabe que la muerte le espera con sus ojos negros y sonrisa amplia y amarilla...
dos veces estuve en las puerta de la verdad y ya en ella, supe que debía abandonar hasta mis temores... pasaban los años y aún no entendía qué era yo, tan solo me ataba a la sencillez, sabiendo que todo es un momento tras momento, hasta que una noche en que las estrellas dejaron de brillar ante mis ojos, algo tocó mi pecho, mi corazón, exprimiendo todo cuanto sobraba... quedé hueco, casi flotaba en un rincón de la oscuridad de mi cuarto... podría decir que me atraía el universo... así que me puse frente a la ventana y sentí el beso más tierno, los labios más cálidos... me sentí a mi mismo... estaba dentro de este cuerpo y deseaba salir, pero mi cuerpo no lo deseaba... hablamos por horas hasta días... una noche nos miramos con los ojos cerrados y este me soltó...
desde aquella vez suelo volverle a ver... está bajo tierra... uno con su madre... mientras mi ser está en cada aliento que vibra en todo el universo... viajo a través de los sueños... no busco nada... es como palpar el sueño de la verdad... amplia como el valle de una tarde feliz... dueño de nada y de todo... libre como para besar el cielo y las estrellas... y estar dentro de cada gota de paz que nace en los ojos de un bebé...