Cuando Hebe salio de su oficina en la  cual trabajaba en Av. Santa Fe, sintió un gran alivio al cruzar Pueyrredon. El sitio donde trabajaba era agobiante.Un  Estudio de abogados, que hacían sus escritos en autos y se lo tiraban para pasarlos por la compu., sin errores, e imprimirlos a la brevedad. 
Su oficina era un reducto, sin ventanas, con un contrafrente a una pared de ladrillos, sin una planta, sin un agujero por donde ver el cielo. 
Allí debía permanecer Hebe a la espera de los abogados que prestamente tenían sus demandas listas, para elevarlas al juzgado. Ella tipeaba y las entregaba lo más rápido que podía, pero  cada uno de los socios de ese bufete, tenía sus propias apreciaciones acerca del trabajo que desempeñaba  Hebe  en ese lugar. 
 El Dr.  Costa Lieste, con premura la  enviaba a buscar los zapatos a  medida que había encargado para su esposa en la calle  Tucumán.  
El Dr. Lamedica, pues tenia que ir a buscar su traje a medida que era de símil Armani con sus dimensiones porque su abdomen habiase respingado un poco. 
La Dra. Berti, le encomendaba ir  hacia el Registro de Patentes y Marcas, y averiguar si ya estaban  registradas las siguientes marcas: Pendofil agrip, Afinal Plus y Troperil duo. 
Todo esos menesteres que había que evacuar, debía realizarlos Hebe en  el horario de 8 a 16 hs. 
Y además estar en su  reducto, siempre, que así lo dispusieran los abogados jurisconsultos. 
Aunque Hebe quería comprar una muñeca de plástico para colocar en su silla frente a la compu., para que los demás la vieran siempre trabajando esto  amontaba un gasto, que no podía afrontar. 
 Así que decidió que los trámites personales, serian  tratados después del horario de oficina. 
Y se llevaba a su casa los trajes, los zapatos y el registro de las patentes. 
Los días se  fueron sucediendo,  el trabajo personal y del otro aumentaba. 
Tal era su efectividad, que decidieron enviarla al banco a hacer el depósito. 
Así que Hebe  se dirigió al banco a depositar la suculenta suma en efectivo en la cuenta de los socios, pero al entrar habían cerrado la puerta. Y hasta las 16 hs. no salio  nadie del Banco. 
Los Dres. Costa Lieste Lamedica y Berti, esperaron en vano a Hebe, en la oficina. 
Cuando al día siguiente Hebe abrió la puerta para ir a trabajar la policía la detuvo por hurto agravado, en con tentativa de fraude. 
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