Estoy despierto, este mañana, anclado en el ayer.
Todo acontecimiento es en sí mismo un recuerdo,
Y cuento los días en que te tuve,
Allí donde uno se despoja y está en carne viva,
Expuesto, devorado, ansiado, bebido.
Las gotas de sudor de tus sienes en mí
Boca salobres gotas,
Y rastros de ardor en la barbilla.
¿Por qué mendigamos amor, cuando ya nos han olvidado?
¿Acaso, esto tiene también sentido?
Si me llamas es que te anido mi recuerdo
Permíteme aunque sea festejarlo.