Déjame tocarte un momento.
Déjame enterrar los dedos entre tus rizos morenos.
Déjame perder la consciencia agazapado en las trincheras de tus muslos.
Deja que mi único sustento sea el elixir que destilas.
Vayamos juntos a la guerra y regresemos ambos triunfadores.
Arranquemos un pedazo de dicha para reconfortar nuestras almas heridas.
Muramos un instante y resucitemos a continuación,
en una escalada de envites,
en un perfecto engranaje natural,
en una amalgama de arrolladoras sensaciones,
en una multicolor explosión de lucidez.
Dime que sí.
Que podemos volver cada vez que queramos.
Que por abusar no nos hartaremos.
Que el tiempo no será la losa que nos impida volar.
Que jamás olvidaremos el camino.
Ven.
Acércate otra vez.
Hazme un hueco para perderme en ti.
Quédate debajo o cabalga con furia este ofrecido alazán.
Vayamos con almas entrelazadas,
atravesando juntos los muros que nos rodean;
pero que jamás podrán detenernos.
Texto agregado el 18-05-2012, y leído por 99
visitantes. (2 votos)
Lectores Opinan
19-05-2012
Una pasión que se siente en cada verso que uno va recorriendo, bello poema ******** jagomez
19-05-2012
Siempre he imaginado vivir algo similar, lindos versos, 5 angeloca
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