Ella se mueve entre medio de sus manos, siempre. La veo. La toca con un orgullo asqueroso, me causa cierta repugnancia. A veces me quiere tocar a mí, y se acerca, pero no me sale la voz para correrla, y las manos se me atan al miedo impidiéndome abofetearla. Creo que la tiene porque es débil. Porque probablemente le faltaba pecho para tanta alma, que se llena ahora de “basura”. Hoy por ejemplo, intentó atravesar mi piel, para buscar las lágrimas que guardo, increíble que tras los mismos ojos que la vieron caer presa, entre sus manos. Dos palabras y una sonrisa me ayudaron a evadirla al menos, por ahora. Veo como disfruta, como ríe. Se ve que en sus ojos ella se ha pulido, le brillan, le brillan. El fuego y las chispas inconscientes le acusan que la lleva consigo, muy dentro. Hay un zumbido permanente junto a su ser, crece a veces, y me apuñala el oído, desangra mis sonrisas, y allí me quedo, queriendo ser de piedra, y peso mas que la estupidez que lleva en un aparatito en su pecho, seguramente corazón... ella se mezcla con el aire, para atacar mis respiros, y los ahogos de devoluciones e iras se atascan en mi garganta. ¿¿por qué es tan fuerte??
.... no la quiero cerca de mí, ¡¡¡no la quiero!!! Por favor, alguien sáquela de mi presente, que el pasado me revuelve el estómago, me conduce a un futuro que se muere. Denle un exilio, o llévenme lejos, alguien tómeme la mano, que por la otra ya me está atrapando. Se lleva mis dedos y los pisa, me muerde los brazos, las piernas, me quiere ver arrastrando dolores, que no merezco cargar. Las palabras y ahora todo, sale por mi sangre... que dibuja muecas de burla en el piso. Voy mirando hacia los lados, y antes de encontrarme con ellos, ya los veo. Me dan su pésame de despejo para su conciencia, allí, huesos inmóviles, piedras secas, me destrozan el dolor. Todos los trozos, los tocan, acarician mi sufrimiento, las cuerdas vocales mudas, chirrean en sus guitarras. Soy reciclable quizá. Yacen mis pedazos en bolsas, ella los patea por la puerta de atrás.
Ella sabe que soy materia orgánica. Que renazco en cada lluvia, entre las fosas de los desaparecidos. Ella, se hace llamar "la muerte". Sabe que no existe.