DESESPERACION CIBERNETICA
Siento desesperación en las yemas de los dedos
Digito y vuelvo a digitar la dirección de la página que busco
Accedo a la página principal; digito en Nike de siempre
Elijo la misma sala de siempre, digito “Enter”, espero…
¡Nada!
Sólo el aviso “INTERNET NO PUEDE ACCEDER AL SITIO”
“puede volver intentar más tarde”
Me temo que los pasos los seguí sin la debida atención.
Reinicio la acción, paso a paso, con esmero, pero
La esperanza se diluye entre la espera de respuestas
Y el temor de no poder acceder y encontrarla.
Pasa fácilmente media hora,
Siento que el monitor me mira condescendiente
Conteniendo su deseo de decirme lo tonto que soy
Al insistir en algo que ni la PC ni yo puedo resolver.
Opto por escribirle un correo,
Especie de salvavidas para la no comunicación de hoy.
Decido abrir mi correo y olvido la clave,
Se con que número empieza, no recuerdo cual sigue
Ni si la palabra está al derecho o al revés.
Respiro tres veces, seis veces, nueves veces
La calma vuelve a mis dedos, los dejo libres
Y cual montura vieja, que vuelve sin guía a su redil
Mis dedos digitan por sabia costumbre,
Sin hacer caso a mi orden mental,
La clave correcta y precisa para acceder al correo.
Siento un pequeño alivio, de alguna manera puedo llegar a ella.
Escribo un mensaje, un mensaje de esperanzas deshilachadas
Esperanza de poder gozar de su compañía, de su presencia en línea
Sin temor a la distancia por lo inmediata en el tiempo y el teclado.
Hoy me recojo temprano (es un decir, hace mucho pasó la medianoche)
Recuerdo su correo recién leído y me duermo, poco a poco,
Pensando en la pregunta que quiere hacerme,
Sobre algo que sospecho pero no se, cuando nos encontremos en el chat.
Casi nunca sueño, o pienso que no, pero esta noche
Me vi transportado por parajes bellos y desconocidos,
Con un algo que se me oprime en el vientre,
Algo como un temor de alegrías, alegrías de ti.
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