Aunque es de noche tu percepción psicológica sabe que detrás de la ventana el jardín es verde y a tus espaldas él explora la sensualidad de tu cuerpo pero tú no te atreves a mirarlo como si todo cuanto pudiese hacerte fuera nuevo para ti.
Con el dedo índice serpenteas entre el vaho de tu respiración adherido al cristal, estás nerviosa puedo verlo en el trazo tembloroso; hubiera sido una elipse perfecta pero uno de sus focos perdió la curvatura… - ¿Quién está afuera? – no queremos ser groseros, dejémosle entrar, a menos que aceptes que él ya es un f…
- Cuando abres tus ojos eres criatura celeste de la cual no se espera más allá de una sonrisa – te dice mientras se acerca a tu posición – pero si alguien es afortunado de dormir acobijado por tus alas, la aureola desaparece y te tornas terrenal; incitas a succionar tu boca hasta dejarte seca.
Una paz incómoda comienza a tejerse en el cuarto, ¿por qué te quedas sin habla? ¿Acoso no eras tú, la de mirada pizpireta quien con el ondear de su falda larga color beige, deseaba incitarlo a los confines del placer? – no lo sé – respondes (lo veo desde tu interior).
Te volteas decidida a dirigirle la palabra, pero no puedes, la bruma de sus ojos te estremece, acorrala tu lívido quien te pide la rendición – Camina hacia él, aprovecha la obscuridad, sabes querida que no puedes soportar el hervor de la sangre corriendo por tus capilares… ¡Corre, hazlo! ¡Deseas sentirlo en…! – intervienes al fin.
- Ámame si así quieres, pero al recordar su voz, plagada de bemoles exquisitos, quisiera pronunciar su nombre; no te miento al decirte que me gustaría, ahora mismo, sentir sus abrazos como barrotes fulgurantes de una prisión disfrazada, enredándose en mi cintura y subiendo con sutilidad por mi abdomen hasta encontrarse con la fruición de mis… - ¡Cobarde!.
- Lo que ves afuera – y lo sabes – se ha ido, sólo es una silueta dibujada por la luna, ¿Qué esperas encontrar?, él ya no puede amarte.
- No, te equivocas, se que puede llevarme hasta la serenidad de las montañas – y se desvanecería cual flor crepitante del otoño. ¿Es que eres tan tonta? No te hagas del rogar hermosa, ahora es cuando, sólo tienes que dejarte envolver por quien es real.
Él se burla de tu ingenuidad de niña, pero no importa, eso está por acabarse; se acerca a ti, por los hombros te sujeta, y al instante tu espalda se eriza. Involuntariamente – o quizás no – quedan unidos en un beso de lo más profundo, un beso que podría cambiar el curso de sus vidas, ¿sabes?
- Sígueme a donde la pasión rebose de nuestros frutos, cumpliremos nuestros caprichos desenfrenados. Ven conmigo – le coges la mano acercándola a la entrada de tu viñedo, como para provocarlo – y no temas al hechizo de mi cuerpo – te muerdes el labio inferior como si hubieras hablado de más, pero sabes que él, al fin es tuyo.
Aunque estoy en primera aún no puedo creed – no del todo – las imágenes que hay en tu interior. ¡Ah, mujer! Los remolinos de tu cabeza cayendo por tu espalda son cascadas que difractan la luz cuando el sol las atraviesa.
- Mírala entregándose por fin, su lascivia siendo complementada, era obvio ¿no?
Los sollozos viajan en partículas de aire hasta los oídos inactivos, pero no temas de que la puerta y paredes no sean filtro de tu placer.
Una oleada de néctar explotó mientras deslizaba sus manos por tu cabello, luego un beso nuevo los hace fieles prisioneros. ¿Fatigada? Tonto pensarlo, sabes ahora que él te ama como la imaginación no te lo permite, pero él aún no se da cuenta de que tú… estás despertando.
MF01, México D.F a 16 de mayo 2012 |