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La última lágrima
Me llamo Roberto castillo tengo 30 años de edad, me casé a los 20 años. Mi esposa es maestra en una primaria y tenemos una niña de 2 años. Cuando yo era joven mi familia y yo éramos muy pobres y debido a eso tuve que trabajar para que mi familia comiera. Ahora las cosas cambiaron. A mis padres les compre su casita a la orilla del mar y por suerte no les falta nada. Hace 3 años mi esposa me ofreció estudiar la universidad y acepté. Solo me faltan 2 años para terminar la universidad. Me siento orgulloso de mi esposa y de mi hija y de todo lo que he logrado, y ella lo está de mí porque soy buen padre, esposo y también soy buen estudiante.
En mi salón se puede decir que soy papá de los pollitos porque todos me piden consejos y con gusto se los doy. Me llevo bien con la mayor parte del grupo menos con una persona de nombre… prefiero evitar decir su nombre debido al daño que causó.
Fue un lunes cuando esta mala historia comenzó. Recuerdo que tuve que hacer un trabajo con él en equipo. Todos mis compañeros sabían que en mi casa se podía realizar el trabajo y que después con gusto los llevaría a su casa en mi carro. Pero ese día por la tarde le dije a esta persona que se fuera a mi casa para terminar el trabajo pero su respuesta fue “te sientes el todopoderoso el perfecto que lo puede tener todo pero te voy a demostrar quién soy yo, y de que yo solo puedo mostrar un mejor trabajo que tu” su respuesta a más de uno nos sorprendió. Pero nunca le tuve rencor es más decía pobre de él. Era muy joven para ya vivir con rencor. Como siempre nunca entregó nada y reprobó esa actividad. Tiempo después en la escuela se paleo con un chico de otra carrera y lo suspendieron. Él se casó con una compañera de mi esposa así que no le perdí la pista. Me gradué, mi esposa y mi hija estaban presentes en la entrega de papeles y mi discurso fue dedicado a ellas.
Después de muchos años lo volví a ver y resulta que tuvo una hija con la compañera de mi esposa. El, la engañaba con otras mujeres y gastaba todo el dinero y no dejaba nada para la casa. Fue en un bar cuando su vida le cobró todas las facturas. Cuando se encontraba en el bar estaba con muchas mujeres a su alrededor y otro hombre quería a una de sus mujeres, se la quietó pero el sujeto no se dejó. Pero que mal estaba, se había topado con un hombre adinerado al salir del bar la seguridad del riquillo lo golpearon en un lote baldío cerca del bar y lo dejaron inconsciente tanto así que pensaron que estaba muerto y lo fueron a arrumbar a un basurero. Días después lo encontraron policías y lo llevaron al hospital y se dieron cuenta de que el tenia múltiples golpes en el cuerpo costillas rotas y un tumor muy grave en la cabeza inoperable. Lo identificaron y mi esposa y yo fuimos con ella en busca de el para saber cómo estaba. Se nos explicó la situación y él estaba en cama pidiendo perdón por el daño causado. Ahora si estaba arrepentido y apenas empezaba a sufrir. Eran pocas las esperanzas de vida por el tumor que tenía en la cabeza. Ella por su parte en todo momento lo apoyó me pregunta cómo era posible que después de todo lo que le hizo a ella esté dispuesta a cuidarlo.
El regresó a su casa pero tuvo que vender todo para la compra de los alimento porque con el sueldo de ella no alcanzaba. Los años pasaron y la salud de el poco a poco se iba degradando. Los años pasaron y sin pensar su hija que ya era una hermosa joven estudiante de la carrera de enfermería le dijo “papi sabes nunca te tuve rencor a pesar de que lo hiciste siempre tuve la esperanza de que algún día cambiarias. Sin embargo la vida se la cobró, pero sabes que siempre nos tendrás aquí para ayudarte en lo que sea. Te amo” la respuesta de él solo fue de una lagrima cayendo de su mejilla puesto que lo único que movía eran los ojos.
Por su parte la esposa jamás se separó de él. Y trabajaba desde casa, daba clases particulares y mi hija iba a sus clases y le pagábamos. Sabíamos que el dinero les hacía falta. La hija pasaba a verlo por las noches.
Hasta que un sábado por la noche su corazón dejó de latir. Por una parte ella dejó de sufrir. Pero el pagó todas y cada una de las que hizo en vida. Sin poder disfrutar de su esposa y de su hija mucho menos de sus nietos. El día de su velorio solo se presentó su esposa y su hija. Mi esposa y yo. Solo nosotros nadie más fue. Ni al entierro fue nadie. De la esposa no sabemos nada solo que tomaron un camión ¿a dónde? no sabemos lo que sí sabemos es que el que la hace la paga y que la última lagrima ni el mismo la lloró.
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Texto agregado el 17-05-2012, y leído por 359
visitantes. (3 votos)
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Lectores Opinan |
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18-05-2012 |
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creo que tienes madera para mucho mas... seroma |
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17-05-2012 |
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Entretenido relato. Claro que no todo se paga en esta vida, pero sirve, como en este caso, para mover al arrepentimiento por las burradas que hacemos. simasima |
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17-05-2012 |
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¿Tanto la vida cobra por lo que hacemos?, puede ser, me gusta mucho para reflexionar, 5 angeloca |
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17-05-2012 |
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La vida no se queda con nada, a fin de cuentas, poco a poco vas superando detalles, eso em agrada mucho y te felicito, falta, pero no puedo quejarme, abrazo ********* jagomez |
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17-05-2012 |
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Si no se tratara de un cuento, diría que es telenovela, o que tú conociste a ese ruín. Newen |
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