Era un tipo idealista. Realmente deseaba tener un grupo donde contar sus aventuras en el ámbito del crimen. Un lugar donde sentirse escuchado y comprendido. Donde todo ladrón pudiese contar y jactarse de sus hazañas.
Robar casas no es tan divertido si no tenés con quien comentarlo, había perdido ese no sé qué. Esa chispa de cuando empezó, de cuando robó su primera cabaña, esos nervios, esa adrenalina. Ahora era más rutinario el tema. Lo tomaba casi como un trabajo. Una casa por día. Era monótono y hasta aburrido. Tenía que encontrarle la vuelta. Algo como una competencia entre pares. Competir por ser el mejor ladrón del mes o del año, era un reto más que aceptable.
Frecuentando algunos bares y con cierta reputación a cuestas, le llegó el comentario de la existencia de La Liga. El título no podía ser más específico por temas meramente legales, y evidentes.
La Liga. Sus oraciones parecieron ser escuchadas. Un lugar donde los participantes compiten. Traen sus botines. Indican que casa robaron, qué robaron en esa casa. Se los evalúa en base a la dificultad y al botín obtenido. Hay un jurado, por supuesto. Hay reglas. Hasta rankings, se elige el Ladrón del mes, y del año. Se entrega un trofeo.
Un trofeo. Eso es lo que necesitaba. Un estímulo. Casi que saltó de la emoción cuando se enteró de los desafíos. Así era como uno ganaba la fama que tenía. Había distintos escalafones. Los desafíos por lo general eran objetivos concretos. Casas de famosos, de millonarios, y el botín se los quedaba el dueño de la Liga. El Ladrón solo ganaba prestigio.
De todas maneras, para ingresar a la Liga, había que cumplir ciertos requisitos. No se le permitía el ingreso a cualquier ladronzuelo con ganas de probar cosas nuevas, no. Era una organización seria. Y sumamente secreta. Nadie conocía su existencia, y si la conocías es porque te estaban invitando a participar. Rara vez un ladrón rechazó la invitación. No era común, y solo había sucedido alguna que otra vez, en más de 100 años de ejercicio.
Había un comité con eximios ladrones de otras épocas, que buscaban constantemente nuevos talentos. Se los estudiaba durante un tiempo. La Liga era lo que era, en parte gracias a este Comité. Solían desechar cientos de aspirantes por semana.
Cuando alguno tenía cierto talento o alguna cualidad que a la Liga le podría servir, se lo estudiaba, sin apuro. No era una carrera contrarreloj. No había una fecha de entrega que respetar. No se podían equivocar. Cuando invitaban a un ladrón, tenían que estar convencidos. Revisaban sus trabajos, debatían, y luego votaban. El comité estaba formado por 7 personas. Y para que a un ladrón le llegue la invitación, la votación tenía que ser unánime. 7 a 0, o nada.
Los mismos integrantes proponían nuevos miembros. Si un ladrón era rechazado por el comité, demoraría entre 6 y 12 meses volver a analizar su caso. Consideraban que el ladrón se podría perfeccionar. Por eso siempre había un segundo, tercer, cuarto análisis. Claro que la gran mayoría, podían analizar su caso 10, 20 veces, que nunca serían invitados. Era un grupo de élite. Y eso no iba a cambiar.
En cuanto el ladrón ingresaba a la Liga, sus metas cambiaban notablemente. Sus objetivos pasaban de acumular dinero, de tener una vida tranquila y portentosa, a lograr integrar en un futuro, el comité de la Liga. Más allá de los premios, del dinero, de todo, el Comité lo integraban los mejores 7 ladrones vivos retirados de la historia. Y vaya que eso no era poco. El comité era venerado, respetado, homenajeado, era todo en la Liga. El dueño era quien se llevaba el dinero de los desafíos, de la suscripción mensual de los socios, etc., pero el comité se llevaba el honor, el reconocimiento. El ser mejor que los demás. Un mimo al ego.
Y al Fantasma le llegó la invitación. Su caso fue estudiado con detenimiento. El talento del muchacho era innegable, pero se había vuelto descuidado en los últimos meses. El comité no pasó por alto este detalle, pero había atenuantes. El Fantasma estaba aburrido. Y quizás los descuidos le daban un poco de emoción. El riesgo a ser atrapado. Asumieron que ingresando a la Liga, las metas del Fantasma se renovarían. Y no estaban equivocados.
Consideró que luego de semejante honor, tendría que dar un golpe importante, como para dar que hablar, como para retribuir la confianza que habían depositado en él. Nunca había realizado un robo a gran escala, y en parte lo atemorizaba la idea. Pero si alguna vez lo iba a hacer, este era el momento adecuado. Estuvo unos días buscando una víctima a la altura de las circunstancias. No podía ser un robo más. Y luego de analizarlo, encontró a su presa.
Se trataba de un excéntrico millonario. Que tenía varias propiedades repartidas en la ciudad. No todas estaban adecuadamente vigiladas. Tampoco tenía fortunas en esas propiedades. Pero no necesitaba fortunas. Solo asaltar la casa, llevarse algo y asombrar a los miembros y jurados de la Liga.
La victima en esta ocasión era Claudio Mayer. Un treintañero multimillonario, que nunca trabajó en su vida. Esa clase de millonario que recibió una herencia muy generosa, y solo se encargó de disfrutarla. No despilfarraba, como otros. Sabía cuánto tenía, y cómo hacer para que esa fortuna no desaparezca. Algunos asesores se encargaban de hacer las inversiones necesarias como para que Mayer tenga el estilo de vida que quería.
Mayer era del tipo de personas que salían en las revistas, con escándalos, mujeres, glamour. Porque hay dos tipos de personas. Las que salen en las revistas de chismes y farándula; y las que no. Mayer realmente se esmeraba para no pasar desapercibido. Tenía plata y el mundo tenía que saberlo.
El Fantasma recordaba que en una de las tantas notas que leyó sobre esta celebridad, enumeraban cada una de las propiedades, mansiones, casas y departamentos que poseía. Y que encima tenía el tupé de jactarse que apenas las protegían, aduciendo que nadie se animaría a robarle a él. No justo a él.
Al Fantasma, apodo que usaba desde que comenzó en esta profesión, le gustaba este personaje. Tenía mucha confianza en sí mismo y planteaba un desafío al mundo: Intenten robarme.
Los desafíos de la Liga, que generalmente incluía famosos y/o millonarios, por alguna razón lo venían obviando. Pero era cuestión de tiempo. El ladrón que aceptaba el desafío y lo lograba, tenía que, como obligación, dejar una tarjeta en el lugar del robo, con una inscripción que decía: Usted fue robado y humillado por la Liga.
Así que la policía sabía de la existencia de la Liga, pero no tenía ninguna pista, solo sabían que era un grupo de ladrones, que robaban a los millonarios o famosos. No conocían la estructura, no tenían soplones infiltrados, no tenían nada. La Liga era un misterio. Tan misterio que no lo daban a conocer. Era inaceptable que un grupo de ladronzuelos entusiastas asalten a las familias más adineradas de la Ciudad y ellos no sepan cómo detenerlos. Ellos. Burlados por gente de mala vida. Inaceptable.
El Fantasma no quería debutar en La Liga con un desafío. Por eso necesitaba apresurarse antes que a Mayer le cuelguen el cartel de: "Róbenme".
Escogió una pequeña casa que Mayer tenía en las afueras de la ciudad, que solía utilizar cuando quería pescar. Practicamente tenía una casa para cada actividad.
No había guardias de seguridad, no había alarmas, no había habitantes. No había nada. Era el blanco perfecto. El tema era... si no había nada defendiendo, era muy posible que no hubiese qué defender.
Le preocupaba que una vez dentro de la casa, no encuentre nada realmente de valor como para impresionar a La Liga. Así que iba a necesitar tiempo adentro de la casa para encontrar el botín adecuado. También era importante que Mayer sienta el impacto del robo. Que se moleste porque alguien osó asaltarlo.
Una vez dentro de la casa, sus ojos se le nublaron al contemplarlo. No podía creer que estuviese viendo, en vivo , en directo, y al alcance de su mano semejante joya.
El collar tenía nombre: Plasmo. Era una reliquia que valía fortunas, y en la casa de Mayer, se encontraba arriba de la mesada, como cualquier pañuelo, o servilleta.
Algo nervioso, puso la joya dentro de un bolso que había preparado especialmente para la ocasión. Pensó en dejar alguna nota burlona, pero no estaba seguro si quería tener al ejercito de seguridad de Mayer en busca de su cabeza. El anonimato lo reconfortó.
A los pocos días se realizó la ceremonia semanal en la Liga, donde todos los ladrones presentaban sus botines y alardeaban sobre sus victimas. Era el momento preciso para que el Fantasma los deje atónitos.
Llegó su turno. Se paró frente a la multitud de ojos que lo escrutaban. En el atril de los trofeos ubicó "El Plasmo" y no dijo absolutamente nada. Esperó las reacciones, los aplausos, los halagos, o lo que acostumbraran hacer ante semejante logro.
Esperó y esperó. Solo atinó a escuchar un mar de murmullos, hastá que alguien exclamó:
L1: -Pero... eso es el Plasmo????
F: -Pues lo parece, no?
L2: -¿En que estabas pensando cuando cometiste semejante locura?
F: -¿Locura? No creo que La Liga esté integrada por cobardes
L1: -No... no somos cobardes, pero tampoco estúpidos.
L2: - ¿Cómo demonios pretendes que La Liga siga en su completo anonimato luego de esta fechoría? Mayer y sus rufianes levantarán cada piedra, golpearán cada mandíbula, hasta encontrar El Plasmo y el inconsciente que decidió, tontamente, robarlo.
El Fantasma se sorprendió de estas reacciones. Creía que sus miembros eran más temerarios. Pero resultó que no. Son ladronzuelos vagos, que no corren riesgos, posiblemente motivo por el cual se necesita sangre nueva constantemente. Los ladrones, con el pasar del tiempo, se achanchan , y si no aparece algún espíritu renovador La Liga tiende a desaparecer.
Luego del mitín, el comité organizó una reunión de urgencia, preocupados por el hurto del Plasmo:
C1: -Tarde o temprano iba a pasar. Mayer era un blanco fácil para uno de nuestros muchachos con ganas de impresionarnos
C2: Hay cosas en el relato que no concuerdan. ¿Cómo explican que el Plasmo estuviese arriba de una mesada, en una casa desprotegida ? Algo me huele mal
C1: ¿Crees que el Fantasma se encontró con el Plasmo en otro lado o... consideras que puede ser un infiltrado?
C3: Cuando aceptamos al Fantasma sabíamos que este muchacho no se iba a quedar de brazos cruzados. Necesitabamos una inyección de energía, pero no sé si tanto.
C2: Creo que deberíamos vigilarlo muy de cerca.
C4: Tanto escándalo por una joya ridículamente cara. Para Mayer es una joya más. Dudo que se de cuenta del robo hasta dentro de un par de semanas, cuando por accidente visite esa choza de morondanga.
C3: ¿Alguno lo quiere expulsar?
C7: Yo. Puso en riesgo a toda la organización. Es un peligro que deberíamos suprimir ya mismo
C6: Tanto los ingresos como los egresos tienen que ser unánimes. Yo no estoy de acuerdo, El Fantasma va a poner a La Liga en otro escalón. Necesitamos el coraje de este muchacho
C5: Vamos a redoblar la vigilancia. Y poner en alerta a todos nuestros informantes. No se ustedes, pero me muero por ver la cara de Mayer cuando vea que alguien le robó El Plasmo
C4: Creo que alguien debería hablar con El Dueño. El tiene algunas influencias que quizás nos sirvan para cuando Mayer active su ejército.
C2: Yo me encargo, y también le comentaré de mis dudas acerca del Fantasma, a ver si alguien tiene dos dedos de frente como para darse cuenta que esto es una trampa.
Un guardia se acerca a Mayer y le comenta:
G: -Señor... Alguien tomó El Plasmo
M: -Era hora. ¿Con cuántos hombres contamos?
G: -20 especialmente entrenados, y un centenar de novatos
M: -Genial. Que hagan lo que tengan que hacer. Quiero al delicuente en esta habitación dentro de las próximas 48hs, sin excusas.
Mayer había estado esperando este momento durante mucho tiempo. No quería liquidar al ladrón, ni torturarlo a menos que no le deje alternativa, ni hacerle pasar un mal momento. Estaba buscando a alguien con coraje y talento para realizar un gran golpe. El Fantasma había demostrado coraje (ya que no había que ser extraordinario para poder robar El Plasmo), con eso bastaba. Después vería si era la persona indicada. Luego se encargaría de analizar que haría con el ladrón, primero tenía que ver si le servía.
El Fantasma, algo aturdido por la pálida imagen que había dejado en La Liga, decidió relajarse, y volver a las cosas sencillas. Ya había dado un buen golpe, La Liga sintió su impacto, Mayer seguramente también lo sentiría.
Mayer, eso lo preocupaba. Si el excéntrico millonario, decidía ir tras él, con todas sus influencias y amistades, tarde o temprano lo encontrarían. Quizás hasta pondría una recompensa cuantiosa por El Plasmo, y eso sería el caos. ¿Qué tanto confiaba en los integrantes de La Liga? Si Mayer ofrecia recompensa por su cabeza tal vez algún ladrón codicioso lo delataría.
Y... ¿ Cómo escapar luego? Comenzó a pensar que quizás había cometido una estupidez monumental. Basicamente había puesto su vida en manos de La Liga. Y aunque fuera una organización seria y con cierta trayectoria, la realidad es que sólo la conocía hace unas pocas semanas, y no estaba convencido de que fuera incorruptible.
Los titulares de los diarios se hicieron eco del hurto del Plasmo. El Fantasma empezó a ver sombras, movimientos rápidos de figuras oscuras. Ya no confiaba en nadie. Todo le pareciía sospechoso.
El ejército de Mayer no tardó en toparse con un soplón, que prefirío delatar al Fantasma antes que perder su mano derecha.
En menos de 36 horas, El Fantasma se encontraba en la misma habitación que Mayer, sedado, atado, amordazado y esperando lo peor.
El rumor de que El Fantasma había sido ajusticiado por Mayer no tardó en propagarse. Todo el mundo daba por descontado que lo había torturado hasta la muerte. Las chances de que siguiera con vida eran nulas.
Los miembros del comité, cada uno por su lado, salieron de la ciudad rápidamente. Tenian la certeza de que si Mayer torturaba al Fantasma, éste hablaría, delataría a todos, y La Liga caería. Ni tontos ni perezosos, huyeron, dejando a la organización acéfala.
Los ladrones entraron en pánico. Si el Fanstama antes de morir, porque tenía que haber muerto, había hablado; todos los ladrones de la Liga estaban en peligro. Era cuestión de minutos para que una horda de asesinos profesionales extermine a todo integrante de la Liga porque un ingenuo ladrón, decidió que era divertido robarle a Mayer.
Se vieron escenas insólitas. Algunos decidieron entregarse a la policía, confesando todos sus crimenes y robos, aclamando por una celda que los mantuviese a salvo de la ira de Mayer. Otros, los mas temerarios, optaron por refugiarse en su casa, con un rifle, muchas municiones y desafiar el destino inevitable.
Sin embargo, hubo alguien que no perdió los estribos, y era, quizás, el que más preocupado debiera estar. El Dueño, como se lo conocía regularmente. Nadie sabía, a ciencia cierta, su verdadero nombre.
Al enterarse del hurto del Plasmo, asumió que Mayer no se quedaría de brazos cruzados. Aunque lo sorprendió la facilidad y velocidad que le entregaron al Fantasma. Pensaba que los integrantes de La Liga tenían algún tipo de código de honor. Pero no, ante el primer apriete, el delator no vaciló en entregar al ladrón.
Conocía a Mayer, sabía que el hurto del Plasmo estaba pensado por él mismo. Aún no había logrado descifrar el verdadero motivo.Tampoco le quitaba el sueño. Su sueño... La Liga, era cosa del pasado. El Comité había huido, los ladrones o se habían entregado a la policia, o aguardaban el final en sus casas, sospechando de cualquier movimiento.
Y todo por este muchacho. El Fantasma. Era irrisorio que un solo tipo logre desarticular semejante organización con una sola acción.
No le preocupaba Mayer, le preocupaba la policia. Los cobardes que se fueron a entregar, no tardarían en mencionar su existencia. Y él no podía ser apresado. De ninguna manera.
El Dueño y Mayer se reunieron en las afueras de la ciudad. Hacía mucho tiempo que no se veían. Cierta tensión se apoderó del encuentro, hasta que Mayer rompió el silencio:
M: - Sabías que este día llegaría tarde o temprano
D: - ¿ Porqué lo hiciste ?
M: - Porque necesitabas saber que ese sueño absurdo que tenias vos y nuestro padre, no era más que eso, un sueño absurdo, fácilmente corrompible
D: - El te dejó toda su fortuna, como siempre soñaste. Nunca quisiste saber nada con La Liga, por eso me la dejó a mi, ¿ No te bastó?
M: - Me dejó su dinero, y a vos su sueño, ¿Te parece justo?
D: - Ahora toda la policia de la ciudad va estar tras mis pasos. Seguramente algunos de los hampones que se entregaron me delatarán. ¿ Estas satisfecho ?
M: - Lo estaré cuando te vea tras las rejas.
No había nada más de que hablar, los años compartidos durante la infancia eran sólo un tenue recuerdo. Mayer no quería matar a su hermano, solo quería que sienta lo mismo que sintió cuando su padre a la hora de partir su legado eligió a su hermano por sobre él. Mandarlo a prisión sería suficiente humillación.
El hurto del Plasmo sólo había sido una treta para desbaratar a La Liga. Necesitaba un integrante de ella para hacerla caer, y en todo este tiempo ningún ladrón había cometido la estupidez de meterse con Mayer, hasta que apareció El Fantasma.
Su encuentro con El Fantasma había resultado mejor de lo esperado. Luego de torturarlo varias horas con técnicas inhumanas, finalmente lo quebró. Le contó todo lo que quería escuchar. Sus ojos se iluminaron cuando de su boca salieron las palabras: El Dueño.
Grabó toda la sesión de tortura, cuidando que no se vea nada salvo la cara del Fantasma, y lo que decía. Reviso el tape una y otra vez para corroborar de que nada en esa cinta de video lo pueda incriminar y se la envió a la policia.
Ahora la policía buscaría al Dueño. El lider de la Liga. Esa Liga que los tenía desconcertados. Cuyos cientos de integrantes se habían entregado sorpresiva y voluntariamente en las últimas horas.
El Dueño estaba abatido, su sueño y el de su padre se caía a pedazos. La Liga había salido a la luz, los integrantes se habían entregado, lo habían delatado, y los miembros del comité habían huído. Un panorama completamente desolador. Pero podía empeorar.
El Dueño estaba acorralado, toda la ciudad estaba buscándolo, le quedaban pocos lugares donde refugiarse. El dilema que lo atormentaba era si debía huir y desaparecer de ese infierno, o vengarse de su hermano y reconstruir La Liga,. con miembros mas leales, como era el sueño de su finado padre.
No podía dejar de pensar en El Fantasma. se preguntaba que había sido de él. Seguramente Mayer lo había descuartizado con mucha crueldad luego de filmar ese vídeo. Pero había alguna chance de que aún estuviese con vida, en algún calabozo, esperando ordenes. Pero decidió huir, y tal vez, armar la Liga en otra ciudad, empezar de 0, armar los cimientos de una nueva e incorrompible Liga.
Mientras tanto, El Fantasma había logrado burlar la precaria seguridad de uno de los cuarteles de Mayer y había huido. Ya no lo necesitaban, tenía ciertas dudas de si realmente había escapado o si lo habían dejado huir. Poco importaba en realidad, era libre otra vez.
Mayer se había ganado dos impensados enemigos. Su hermano y El Fantasma. Subestimó a ambos. Daba por sentado que si no caían presos se irían de la ciudad lo antes posible. Tenia la vaga esperanza de que la policía atrape a su hermano, lo reconfortaba la idea de ir a visitarlo a prisión
En el cuartel de policía estaban desconcertados. La Liga había caído, había un responsable, todo parecía demasiado fácil. Se preguntaban ¿ Quién había mandado ese vídeo?¿ Porqué cientos de mal-vivientes se habían entregado así, de la nada? ¿ Quien estaba atrás de todo eso?
Demasiadas preguntas para dejarlo pasar. Y todo esto luego del hurto de El Plasmo, que por cierto fue hallado en una de las vitrinas de la Liga. Por todo esto, el Inspector Jones, le hizo una visita amistosa a Mayer, a quien le habían robado la joya.
J: -Venimos a informarle que El Plasmo ha sido recuperado
M: -Era hora. ¿ Y el culpable?
J: -Parece que toda una organización criminal estaba involucrada. Ya fue desbaratada y estamos al acecho del líder de esa banda. Pero usted nunca escucho hablar de esa banda, no? Llamada... La Liga
Mayer dudó, ¿ Acaso lo estaban acusando de algo ?
M: -¿ La Liga ? No, nunca escuché algo sobre eso.
J: -Unos cientos de ladrones se entregaron en nuestro destacamento, y no pararon de hablar. Ellos mismos desarticularon La Liga, tenían pánico de algo, o de alguien... pero usted tampoco sabe algo sobre eso, ¿verdad?
A Mayer ya le estaba empezando a fastidiar el tonito acusador del inspector.
M: - ¿Qué está insinuando?
J: -Por el momento nada, solo venía a informarle que recuperamos El Plasmo, y luego del papeleo de rutina, le sera devuelto.
Jones se retiró con la certeza de que Mayer sabía mucho mas de lo que aparentaba y la idea de incomodar a un millonario soberbio le entusiasmaba
Mayer se quedó pensando en la respuesta del inspector. "Por el momento....". Pensó que tenía todo cubierto, pero no contaba con la curiosidad policíaca. Ese muchacho Jones, puede ser un inconveniente si encuentra a las personas adecuadas. Por un momento se arrepintió de haber soltado al Fantasma. Ahora sí que había un cabo suelto.
Tenia que encontrar y hacer desaparecer al Fantasma. y lo tenía que hacer ya.
Mandó a su ejercito a buscarlo, otra vez. Pero esta vez, El Fanstama no iba a dejar que lo encuentren, esta vez, tenía un plan. Tenía sed de venganza y no descansaría hasta tener a Mayer pidiendo clemencia. FIN |