Y aquí estoy, sentada en esta silla frente al ordenador, viendo las fotos en tu perfil una y otra vez. Torturándome a mí misma por lo que debió haber sido y no fue, tratando de descifrar los poquitos mensajes que sueles poner, siempre hablaste a través de la música y al escuchar las letras de las canciones que posteas me siento fatal, más que miserable. Bien, intento hablarte con música y que lo entiendas, pero no es posible… te diré todo con mis letras, pues así como tú eres música yo me expreso a través de ellas.
¿Qué nos pasó? Me pregunto. ¿Qué fue lo que nos hizo tanto mal?
De un día para otro nuestros mundos se derrumbaron y ahora ya no se pueden arreglar, demasiados escombros, demasiada suciedad… Decir adiós no es para nada fácil, pero quiero pensar que es lo mejor para los dos, ¿no dijiste eso tú? ¿Qué es, lo que necesitas? ¿Estar lejos de mí para poder sanar?
Tienes razón en algunas cosas, te lastime y no puedo esperar que sigas ahí para mí. Diablos si supieses toda la historia, ¿seguirías pensando así?
Ayer no pude dormir, de cierta forma fue lo último que hicimos juntos, desvelarnos. Sabía que estarías sentado en algún lugar escuchando una canción triste, con los ojos perdidos y preguntándote lo mismo que yo me preguntaba ¿por qué? Tengo una teoría, ninguno de los dos lo supo manejar, demasiada ansiedad, demasiadas diferencias, demasiadas cosas mal.
Hoy cuando me dijiste que no estaba bien volver a intentar y yo estuve de acuerdo contigo, sentí que no estabas convencido del todo, que no querías, que igual que yo buscabas una forma de no rendirte conmigo. Yo, también buscaba una forma ¿sabes? una forma de lidiar con lo que soy, pero el que no creas en mí, me arto. Si pudiese ser tan sencillo como decir 2X2 el aguantar la desconfianza y la mirada sobre la espalda todo el tiempo para mí, como lo es para ti dudar, quizá no hubiera sucedido, pero decir eso no es justo pues yo sabía que esto te enfadaría, quería darte una lección y al final me la di yo, no se puede desandar lo andado y cuando enfrentamos lo que es la realidad los remordimientos no cuentan, pese a todo tuvimos un ratito loco increíble, un minuto en el tiempo de lo que serán nuestras vidas, aprendí tanto de ti como lo que tú odiaste de mí. Lo sentí así.
De todas formas, debo de decirte algo, si te quiero y ódiame por decirlo y dúdalo, ya no importa. Con todo mi corazón te quiero, gracias por enseñarme andar, gracias por dos segundos sorprenderme, cuando juntos… alcanzamos a volar.
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